Martes, 2 de agosto.-
El ex secretario de Finanzas Miguel Kiguel afirmó hoy que la economía
argentina está inmersa en “una recesión mayor a la que se esperaba”, y
consideró que “en los actuales niveles de 4% mensual, la inflación está
desbocada”.
“Es imposible que la inflación llegue a un dígito en los próximos cuatro años”, afirmó Kiguel, quien sostuvo que “eso requiere de políticas restrictivas que el gobierno no está dispuesto a seguir”.
El ex funcionario del Ministerio de Economía cuando Roque Fernández ocupó la conducción del Palacio de Hacienda en los ’90, habló ante empresarios convocados por el Grupo Brasil, que nuclea a las principales compañías de ese país con presencia en la Argentina.
En un encuentro realizado en la sede del banco de inversión Puente, Kiguel estimó que “la inflación de junio será alta, del orden del 2,5%”, pronosticó que “este año cerrará en un 42%”, y subrayó que para el próximo “no es posible esperar que esté por debajo de 24%”.
“No es inesperada la recesión aunque sí lo fuerte que es: el segundo trimestre fue muy malo”, aseguró el economista, quien remarcó que “hubiera esperado una recesión más chica y una reactivación más fuerte”, y sostuvo que la Argentina está en “una situación difícil”.
Explicó que “con una devaluación de 60% del tipo de cambio, era muy difícil esperar una inflación por debajo de 45%”, y añadió que también “una tasa de interés de 40% era esperable”.
Kiguel indicó que “para evitar que la devaluación se vaya a precios o que la inflación se dispare, había que poner una tasa de 40%”.
Si bien afirmó que la actual “es una Argentina diferente donde se puede ingresar y sacar dinero, funciona como una economía de mercado y el clima de negocios es otro”, puntualizó que “todo esto está en un segundo plano por las preocupaciones que hay por la coyuntura”.
Señaló que “lo que domina no es la visión de un país distinto”, y remarcó que “la inflación y el tipo de cambio son básicamente las principales preocupaciones” de la economía argentina.
“En los últimos diez años, el promedio mensual de inflación es de 2%. No estamos acostumbrados a vivir con el 6% de abril o con el promedio de 4% que hay desde fines del año pasado”, advirtió Kiguel, quien concluyó que “la inflación está desbocada”.
El economista indicó que “el Gobierno espera una inflación de 17% para el año que viene”, pero consideró que “las paritarias no bajarán de 25%, luego de una década de aumentos salariales entre 28% y 32%”.
En consecuencia, evaluó que “va a ser difícil que la inflación caiga a niveles de 17%, sino más bien a 24%”, y opinó que ese número “es lo mejor que se va a poder conseguir”, porque explicó que “para bajarla más, se requiere una política monetaria más dura, pero que a su vez se traducirá en una recesión más fuerte y más larga”.
En otro orden, subrayó que “el déficit también es un problema en la Argentina: es del 6% del Producto Bruto Interno (PBI)”.
De todos modos, estimó que el déficit “se puede financiar con endeudamiento”, porque destacó que “Argentina tiene niveles bajos de endeudamiento y puede conseguir créditos a tasas bajas, del orden de 5% anual”.
Kiguel precisó que “la relación de la deuda con el PBI es del 22%”, con lo cual sostuvo que el Gobierno “tiene espacio para subirla y llevarla a 30%”.
Remarcó que “la recaudación registró en julio un aumento de 23%, muy por debajo de la inflación”, con lo cual subrayó que los ingresos “vienen mal y eso hace más difícil reducir el déficit fiscal”.
Por otra parte, señaló que “la economía creció 2,5% en 2015”, pero pronosticó que “este año habrá una contracción de 1,8%”.
“Es imposible que la inflación llegue a un dígito en los próximos cuatro años”, afirmó Kiguel, quien sostuvo que “eso requiere de políticas restrictivas que el gobierno no está dispuesto a seguir”.
El ex funcionario del Ministerio de Economía cuando Roque Fernández ocupó la conducción del Palacio de Hacienda en los ’90, habló ante empresarios convocados por el Grupo Brasil, que nuclea a las principales compañías de ese país con presencia en la Argentina.
En un encuentro realizado en la sede del banco de inversión Puente, Kiguel estimó que “la inflación de junio será alta, del orden del 2,5%”, pronosticó que “este año cerrará en un 42%”, y subrayó que para el próximo “no es posible esperar que esté por debajo de 24%”.
“No es inesperada la recesión aunque sí lo fuerte que es: el segundo trimestre fue muy malo”, aseguró el economista, quien remarcó que “hubiera esperado una recesión más chica y una reactivación más fuerte”, y sostuvo que la Argentina está en “una situación difícil”.
Explicó que “con una devaluación de 60% del tipo de cambio, era muy difícil esperar una inflación por debajo de 45%”, y añadió que también “una tasa de interés de 40% era esperable”.
Kiguel indicó que “para evitar que la devaluación se vaya a precios o que la inflación se dispare, había que poner una tasa de 40%”.
Si bien afirmó que la actual “es una Argentina diferente donde se puede ingresar y sacar dinero, funciona como una economía de mercado y el clima de negocios es otro”, puntualizó que “todo esto está en un segundo plano por las preocupaciones que hay por la coyuntura”.
Señaló que “lo que domina no es la visión de un país distinto”, y remarcó que “la inflación y el tipo de cambio son básicamente las principales preocupaciones” de la economía argentina.
“En los últimos diez años, el promedio mensual de inflación es de 2%. No estamos acostumbrados a vivir con el 6% de abril o con el promedio de 4% que hay desde fines del año pasado”, advirtió Kiguel, quien concluyó que “la inflación está desbocada”.
El economista indicó que “el Gobierno espera una inflación de 17% para el año que viene”, pero consideró que “las paritarias no bajarán de 25%, luego de una década de aumentos salariales entre 28% y 32%”.
En consecuencia, evaluó que “va a ser difícil que la inflación caiga a niveles de 17%, sino más bien a 24%”, y opinó que ese número “es lo mejor que se va a poder conseguir”, porque explicó que “para bajarla más, se requiere una política monetaria más dura, pero que a su vez se traducirá en una recesión más fuerte y más larga”.
En otro orden, subrayó que “el déficit también es un problema en la Argentina: es del 6% del Producto Bruto Interno (PBI)”.
De todos modos, estimó que el déficit “se puede financiar con endeudamiento”, porque destacó que “Argentina tiene niveles bajos de endeudamiento y puede conseguir créditos a tasas bajas, del orden de 5% anual”.
Kiguel precisó que “la relación de la deuda con el PBI es del 22%”, con lo cual sostuvo que el Gobierno “tiene espacio para subirla y llevarla a 30%”.
Remarcó que “la recaudación registró en julio un aumento de 23%, muy por debajo de la inflación”, con lo cual subrayó que los ingresos “vienen mal y eso hace más difícil reducir el déficit fiscal”.
Por otra parte, señaló que “la economía creció 2,5% en 2015”, pero pronosticó que “este año habrá una contracción de 1,8%”.
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