Twitter

jueves, 14 de enero de 2021

Tinkunaco 0055/21Re: Boletín diario del Portal Libertario OACA

 

Boletín diario del Portal Libertario OACA



  • [Vídeo] Organización obrera en España, principios del siglo XX
  • ¿Qué es ser anarquista?
  • La digitalización arrasa las aulas
  • [Música] Napi Presidente y Kintario liberan dos sencillos: Bye Bye y Contratiempos
  • [Audio] La Nevera: La otra Historia de los Estados Unidos de Howard Zinn. Segunda parte
  • Feliz 2021, fascistas!: La toma del Capitolio marca el fin de la Hegemonía Americana y Augura una era de Abierto Fascismo
  • [Poema] Sueños marginales
  • Comunismo - David Graeber

[Vídeo] Organización obrera en España, principios del siglo XX

Posted: 13 Jan 2021 10:43 AM PST

La obra de Juan Gómez Casas resulta fundamental para conocer y comprender la historia del anarquismo en España. En libros como 'Historia de la FAI' se recuerda la evolución de lo organización obrera a principios del siglo XX, cuando por influencia del sindicalismo revolucionario francés la palabra societarismo es substituida por la idea nueva del sindicalismo y la sociedad obrera pasa a ser el sindicato.

El anarquismo realizaba una crítica al sindicalismo, primero por no dirigirse al ser humano en general, sino al trabajador, limitando así los horizontes intelectuales y filosóficos de las ideas; en segundo lugar, consideraba que el sindicalismo no era autosuficiente para resolver todos los problemas sociales. Así, el sindicalismo era solo un medio entre otros para lograr una sociedad nueva, ya que eran necesarias otras organizaciones libres de las actividades económicas, como las políticas o toda formulación libre en general. No obstante, a pesar de esta crítica, en aquellos tiempos se confunden el movimiento obrero libertario con las palabras sindicato y sindicalismo. En 1907, nace Solidaridad Obrera, federación local de las sociedades obreras de Barcelona, con la aspiración de emancipar a la clase trabajadora del sistema capitalista. Sus formulaciones son muy genéricas, pero recogen en gran medida el espíritu de la Primera Internacional. En el periódico homónimo de aquella organización participarán grandes personalidades del anarquismo español como Anselmo Lorenzo, Ricardo Mella, José Prat o Antonio Loredo. No tardaría en extenderse el ejemplo de Solidaridad Obrera por toda Cataluña y Andalucía, que en líneas generales tiene un espíritu anarquista, a pesar de estar abierta al conjunto de la clase obrera: antiautoritarismo e independencia de los partidos políticos.

https://www.youtube.com/watch?v=63q1pbvNJaE

Capi Vidal

http://reflexionesdesdeanarres.blogspot.com/


Read more ...

¿Qué es ser anarquista?

Posted: 13 Jan 2021 10:39 AM PST

Quisiera desmontar esa idea que repite mucha gente de que no se puede ser anarquista porque eso implica casi la perfección en cuanto a la manera de vivir y de ser. Soy partidaria de negar cualquier trascendencia al término "anarquismo" puesto que es obra del ser humano. El anarquismo es creación, o mejor dicho autocreación. La idealización del término queda siempre desmentida por la realidad puesto que el ser humano es imperfecto y contradictorio.

A esa idea de perfección que yo rechazo en aras de una anarquismo humano le va muy bien el término ser consecuente mejor que ser coherente. Me gusta el término consecuente en la línea de Diana Torres [1] cuando dice: «Seré consecuente, que no es otra cosa que responsabilizarme de las consecuencias de mis acciones y mis palabras y de las hermosas contradicciones que las conforman».

Partiendo de esta humanización del ser anarquista, veamos algunas opiniones sobre qué es ser anarquista.

Empiezo por David Graeber [2], que ha muerto hace tres meses de forma inesperada (2 de septiembre) y que hablaba de los «anarquistas con minúsculas» refiriéndose a aquellas personas que estaban dispuestas a colaborar en coaliciones amplias siempre que funcionaran sobre principios horizontales, dando relevancia en su manera de entender el anarquismo a la democracia directa.

Él entendía el anarquismo como una sensibilidad política amplia. Es, afirmaba, un «movimiento político que aspira a generar una sociedad auténticamente libre, y que define “sociedad libre” como aquella en la que los humanos solo establecen relaciones entre sí que no dependan de la constante amenaza de la violencia para ponerse en práctica».

El anarquista italiano Amedeo Bertolo [3] entendía el anarquismo como una mutación cultural al cuestionar la dominación. Los anarquistas son mutantes que tienden a transmitir su anomalía cultural (anomalía en relación con la normalidad, o sea, con el modelo dominante) y al mismo tiempo crear las condiciones ambientales favorables a la mutación, o sea, a la generalización del carácter mutante.

Otro anarquista, Uri Gordon [4] considera que el anarquismo histórico puede inspirar y dar ideas pero que el movimiento anarquista actual difiere de muchas maneras de la visión de hace cien años y eso nos indica su manera de entenderlo:

1-Las redes de colectivos y grupos de afinidad sustituyen a los sindicatos y federaciones como patrón de organización.

2-Los programas del movimiento son más amplios: ecología, feminismo, liberación animal son tan importantes como las luchas antimilitaristas y obreras.

3-Un mayor énfasis se da en la acción directa prefigurativa* y la experimentación cultural. 

*(Concepto (A) que hace referencia a los modos de organización y tácticas realizadas que reflejan con exactitud el futuro de la sociedad que se busca= Lo que queremos es ya lo que hacemos).

4-El compromiso con la modernidad y el progreso tecnológico ya no es ampliamente compartido en los círculos anarquistas.

Estos cambios cualitativos se suman a una especie de paradigma en el anarquismo que en la actualidad es bastante heterodoxo y está cimentado en la acción y el propósito de vencer.

Y por último una mujer, Emma Goldman [5], que haciendo referencia a la revolución rusa afirmaba que « (…) el triunfo del Estado significa la derrota de la Revolución». Y se preguntaba: « ¿Qué es el progreso si no la asunción general de los principios de la libertad frente a los de la coacción?».

La libertad es la clave, decía, es la que debe vetar la tiranía y la centralización para luchar por transformar la revolución en una reconsideración de todos los valores económicos, sociales y culturales.

El anarquismo, por tanto, nunca ha sido algo acabado y cerrado sino diverso y poliédrico. Ayuda a ello la actitud adogmática atenta a evitar toda teoría que sea rígida y sistemática unido a la insistencia en la libertad de elección individual.

Hay muchas maneras de entender el anarquismo que no tienen por qué ser contradictorias pero que han provocado enfrentamientos y divisiones importantes por no entender ese carácter diverso y poder colaborar y convivir.

Laura Vicente

Fuente: http://pensarenelmargen.blogspot.com/2020/12/que-es-ser-anarquista.html 

[1] Diana J. Torres (2017): Vomitorium. Ciudad de México, p. 26.

[2] David Graeber (2014): Somos el 99%. Una historia, una crisis, un movimiento. Madrid, Capitan Swing.

[3] AMEDEO BERTOLO (Antología) (2019): Anarquistas… ¡Y orgullosos de serlo! Barcelona, Fundación Salvador Seguí, pp. 353-354.

[4] Uri Gordon (2014): ANARCHY ALIVE! Políticas antiautoritarias de la práctica a la teoría. Madrid/La Laguna, LaMalatesta/Tierra de Fuego.

[5] Emma Goldman (2018): Mi desilusión en Rusia. Barcelona, El Viejo Topo.

 


Read more ...

La digitalización arrasa las aulas

Posted: 13 Jan 2021 10:30 AM PST

La Pandemia ha provocado una aceleración de la digitalización de nuestras vidas. Videollamadas, comercio electrónico, compras online, teletrabajo, medicina a distancia… Hábitos que ya existían pero que ahora se han extendido. Hemos vivido lo que se algunas denominan “Shock Digital”. Las consecuencias son variadas y multidimensionales: antropológica, económica, relacional o políticamente se han dado cambios de calado que aun no somos capaces de digerir o de ser conscientes de sus consecuencias en el medio-largo plazo.

Una ocasión que han sabido aprovechar las empresas que mejor posicionadas estaban para aprovechar esta situación, las conocidas GAFAM: Google, Amazon, Facebook y Microsoft. Los gigantes tecnológicos que funcionan como monopolios y tienen más recursos, poder y fuerza que muchos Estados del mundo. Al acudir de forma masiva al uso de las distintas plataformas de estas empresas, estas hacen caja. A Google no le hace falta que le paguemos para que gane dinero y se sirva de nuestra forma de navegar por internet o usar el teléfono. Facebook es, aparentemente, gratuito. Comprar en Amazon puede ser en ocasiones más barato. Microsoft se puede permitir, como estrategia comercial, ofrecer servicios de pago de forma gratuita a Institutos o Universidades. La razón detrás es el fomento de generar unas dependencias respecto de sus plataformas. Esas dependencias se transforman en monopolios empresariales. Y los monopolios constituyen las mayores concentraciones de poder posibles.

Uno de los aspectos tremendamente negativos de esta ola digitalizadora es el comercio electrónico y la profundización de esa sensación de poder tener cualquier idiotez en la menor cantidad de tiempo posible. Detrás de esa “entrega en 24 horas” se esconde todo un circuito de explotación laboral, competencia desleal, destrucción medioambiental y perdida de entornos comunitarios de socialización.

Otro aspecto de carácter más invisible pero de consecuencias estructurales, es la pérdida de soberanía tecnológica y la dependencia de un grupo reducido de empresas. Las administraciones públicas llevan años recurriendo a las externalizaciones (privatizaciones) para dar su servicio público. En materia tecnológica, en vez de apostar por modelos de formación de profesionales que desarrollen y mantengan herramientas tecnológicas propias, de carácter abierto y de dominio público, se ha optado por la más sencilla tarea de contratar grandes empresas.

Enseñanza en manos de las GAFAM

Uno de los casos paradigmáticos que estamos viendo ahora mismo acelerarse es la intromisión de estas empresas en la enseñanza. Mientras que desde diversos foros de debate auspiciados por la banca y el mercado se fomenta constantemente la idea de la “innovación educativa”, las empresas tecnológicas ponen sus herramientas a disposición de las escuelas de forma casi gratuita. Los nuevos gurús de la educación dicen que la enseñanza deben ser pantallas, ordenadores, software, calcular, programar y vender. La reflexión, la crítica, el debate, la argumentación, la lectura o la escritura son valores del pasado que deben ser superados gracias a las nuevas tecnologías. No es que nos metan un microchip en la vacuna del coronavirus, la realidad es que ya hay una estructura que nos fuerza a hacer uso de plataformas privadas para beneficio de unos pocos.

El hecho de que Google o Microsoft ofrezcan sus servicios con enormes facilidades a los centros es para aumentar su base de consumidores y educar desde temprana edad en el uso de sus herramientas. Esta es la clave del éxito actual de estas plataformas, una inmensa base de usuarios acostumbrados a usar Gmail, OneDrive, Skype, Meet o Drive. A través del uso masivo de estas herramientas las empresas obtienen estadísticas y multitud de datos que les permiten mejorarlas, crear nuevas o añadir funcionalidades orientadas a aumentar el “engagement”, características muy estudiadas que aumentan la adicción y dependencia de las tecnologías.

El Gobierno ha anunciado 260 millones de euros para el plan de digitalización educativa. Dentro de ese presupuesto se incluyen 500.000 dispositivos electrónicos para las escuelas. En Galicia, durante la desescalada, se filtró un borrador para la transformación digital educativa que incluida docencia presencial y online por igual, formación asincrónica (no en tiempo real), fomento de la gamificación, lo experiencial o la promoción de materiales con formato “viral”, todo ello supervisado por una entidad formada por las grandes empresas. La Junta de Andalucía ya ha firmado un acuerdo con Google y Microsoft para implementar sus servicios en toda la red escolar. En el País Vasco se subvencionan los Chromebooks, portátiles fabricados por Google.

Hay una tendencia a sustituir la infraestructura educativa por la tecnológica. No es solo que no se fomenten las tecnologías de desarrollo propio, es que se olvida que, entre muchas otras cosas, la escuela es un espacio de socialización y experimentación. No es lo mismo entregar a cada alumna un portátil, que crear una red de bibliotecas con dispositivos para uso comunitario o que los centros educativos amplíen su horario para que las estudiantes puedan hacer uso de sus recursos. Las Consejerías de Educación ven la tecnología como una herramienta con la que abaratar costes y mantenimientos, en vez de verlo como lo que es, un apoyo a la labor docente de los profesionales de la enseñanza, las profesoras.

Software Libre: No solo una manía friki

Existe una falsa creencia de que lo que hay más allá de Microsoft o Google es poco intuitivo, falla mucho o se requiere unos conocimientos técnicos elevados. Esto es algo tremendamente alejado de la realidad. El problema reside en los hábitos de uso y cómo somos orientados a usar determinados productos.

La alternativa a todo esto, desde un punto de vista tecnológico, es el software de código abierto sin fines comerciales y que sea desarrollado y mantenido por profesionales contratados por las administraciones públicas. No invertir en licencias de sistemas operativos privados e inculcar desde pequeños el uso de ordenadores con Linux o Ubuntu. Engrandecer las bibliotecas como espacios de acceso a recursos informáticos y de socialización. Compartir recursos informáticos en forma de centros de datos y servidores gestionados de forma colectiva por diversos centros. Crear repositorios de materiales didácticos generados por las maestras. O fomentar el debate y conocimiento en relación a las nocividades de las dependencias creadas respecto de las grandes empresas tecnológicas, que no es otra cosa que un paso más en el proceso de privatización y mercantilización de la escuela.

Fuente: https://www.todoporhacer.org/digitalizacion-arrasa-aulas/


Read more ...

[Música] Napi Presidente y Kintario liberan dos sencillos: Bye Bye y Contratiempos

Posted: 13 Jan 2021 10:24 AM PST

Napi Presidente y Kintario decidieron emprender un trabajo en conjunto durante el confinamiento por la "Covid-19".

Estas navidades han liberado dos sencillos (Bye Bye / Contratiempos) en todas las plataformas digitales y Youtube. Además han acompañado el primer tema con un videoclip y el segundo con un Lyric Video.

*El resto de tracks y vídeos serán publicados a lo largo del año 2021. 

 

Bye Bye

https://www.youtube.com/watch?v=_YM6KjnISGw

Letra: Napi Presidente & Kintario / Beat: Lemachine.

Sonido: Maos (MMR Estudio) / Vídeo: Íñigo Martín.

 

Contratiempos

https://www.youtube.com/watch?v=6y72XZqlJNg

Letra: Napi Presidente & Kintario / Beat: Lemachine

Sonido: Maos (MMR Estudio) / Vídeo: Craso MC

 

MÁS INFO

Link canción Contratiempos y RS: https://distrokid.com/hyperfollow/napipresidenteandkintario/contratiempos

--------

https://twitter.com/NapiPresidente

https://www.mmrestudio.com

https://www.facebook.com/profile.php?...

----------

https://soundcloud.com/kintario-rap

http://www.youtube.com/user/kintarioyfigurin

http://www.facebook.com/kintario.oficial

http://www.instagram.com/kintario_oficial


Read more ...

[Audio] La Nevera: La otra Historia de los Estados Unidos de Howard Zinn. Segunda parte

Posted: 13 Jan 2021 10:12 AM PST

El trigésimo tercer programa de La Nevera lo dedicamos a conversar, otra vez, sobre Historia de los Estados Unidos. Para ello volvemos a llamar a Eloy Boix, licenciado en Historia y compañero colaborador de La Nevera para continuar conversando sobre el libro de Howard Zinn "La otra Historia de los Estados Unidos". Hablamos de las múltiples utilidades que tiene la guerra para la élite gobernante; de la Guerra Civil; de John Brown; de Lincoln; de Whitman; de Thoreau; de vieja politica y politica moderna; del asalto al capitolio; de la formación de la clase obrera estadounidense; de la formación de la conciencia de clase media... además de muchísimas cosas más que tendréis que descubrir por vosotros y vosotras mismas compas!. Empieza La Nevera!

 

https://www.facebook.com/laNeverapodcast


Read more ...

Feliz 2021, fascistas!: La toma del Capitolio marca el fin de la Hegemonía Americana y Augura una era de Abierto Fascismo

Posted: 09 Jan 2021 01:30 AM PST

La noche del 6.1.2021 pudimos observar los estertores del último imperio global. Su actual presidente, Donald Trump. Incapaz de reconocer su derrota convocaba a sus simpatizantes a frenar la elección de su contrincante ante Joe Biden en el senado bajo la acusación de Fraude. Esa noche se asaltó el Capitolio de Washington y hubo 4 muertos, teniendo que solicitar su vicepresidente Mike Pence la intervención de la Guardia Nacional ante la negativa del actual presidente de restituir el orden. Esto ya es historia.

La culminación de años de varias múltiples crisis larvadas y muy importantes, social con la connivencia con el fascismo, la proliferación de armas y violencia, racismo y xenofobia, sanitaria por el fracaso ante la epidemia del covid, ecológica, económica con la inequidad ramplante, la explosión de la burbuja del fracking, los problemas sociales escondidos a golpe de lawfare, la caótica política externa a base de la alianza sistemática con dictaduras o el intervencionismo extractivista, implosionaron de una sola vez en una sola noche. Problemas que continuarán durante años y se expandirán como hondas al resto de países de su órbita mientras la política social sigue su lento decaer.

76 millones de votantes apoyaron el 3.11.2020 los descalabros de la Administración Trump. Pidieron más MAGA y tuvieron un gran CAGA.

Lo que Pidieron: MAGA

El principio del fin de la hegemonía americana fue anunciado en 2016 con la elección de Trump, fascista multimillonario que se presentaba como un outsider del sistema. Outsider porque en su partido había pocos que abiertamente se tomaran en serio el significado del MAGA: Un líder fuerte, de estilo militar old school de 1939, que tomase el control del movimiento nacional y fuera capaz imponer la grandeza de EEUU acabando con todos aquellos enemigos que habían avocado al país al desastre. Y estos culpables eran los políticos que robaban, Wall Street que los compraba y se llevaba los empleos a China, y los extranjeros que trabajaban más barato; y las mujeres, los negros y los homosexuales. Y los islámicos y los ateos. Ah, y los ingleses por lo del té. Su promesa era su empeño en reconfigurar la política externa al completo fortaleciendo las viejas estructuras internas de cuando las plantaciones; básicamente alta burguesía, ejército y policía. Pasase lo que pasase. Tocó la fibra sensible, su discurso fascista convenció a 62.979.879 votantes. El pueblo americano en general entendía que había perdido su poder, libertades, aumentado la inseguridad e inequidad.

Lo que tuvieron: era Trump y el fin del MAGA

Las primeras medidas de Trump fueron una rebaja fiscal y la apertura de paraísos fiscales con la excusa de atraer capitales. Posteriormente subió el techo de gasto militar. Un buen comienzo. El relator de la ONU concluyó que la Desigualdad promovida por Trump está Devastando su Sociedad y es Deliverada

El fin de la hegemonía fue ratificada en 2018 con su política sancionadora en general, y contra China en particular, por largo tiempo proyecto industrial americano por ser zona preferente de deslocalización de industrias patrias, como fuera Japón hasta los 1980. Chimérica le llamaban. El tejido industrial americano no lograba ni recomponerse ni captar capitales para sus empresas, por lo que tuvieron que optar por arrastrarlos hasta el país. Lo único que logró fue imprimir dinero, bajar tipos de interés y captar capitales para la bolsa. Mientras, a día de hoy y los próximos años los índices industriales en general seguirán bajando, como perdieron gran parte del mercado mundial del automóvil; el símbolo del capitalismo. Que estas medidas económicas fallaron se evidencian en que la balanza comercial sigue siendo desfavorable a USA después de casi 10-20 años, atraso tecnológico, militar, la inequidad se mantiene, el poder adquisitivo no vuelve, se pierde calidad laboral y se producen, ya no una sensación de inseguridad, sino desordenes públicos masivos como lo fueron las protestas antirracistas de 2020.

Puede que los mayores fracasos se dieran en política exterior. Se salió de todos los tratados internacionales posibles, incluido el STAR con Rusia, JCPOA con Irán, Cumbre de París y sobre todo la OMS en medio de la peor pandemia mundial del último siglo. El resultado fue la toma de delantera de China con la alianza euroasiática, Rusia resolvió el conflicto de Nagorno-Karabaj, Turquía opera al margende la OTAN, Alemania prácticamente ha acabado su Nordstream 2 con su variante danesa incluida, y se firman los históricos tratados comerciales Europa-China, sin la participación de USA. Hechos consumados que podrán intentar enderezarlos, pero ya son hechos.

Una política económica, antisocial, hiperindividualista, antiequitativa, ultraliberal le llaman, y discriminadora que ha agudizado la crisis del coronavirus este 2020 golpeando a los desempleados, que al perder el trabajo perdieron el seguro médico. Personas de la clase media que al verse en la calle han muerto sin asistencia médica. A día de hoy unos 300 mil muertos por covid, una debacle que no se repite en ningún país avanzado. Un hecho indiferente que a pocos parece importar seriamente, el lado oscuro del hiperindividualismo y la falta de sentimiento de pertenencia.

Una política social típicamente fascistas que respondió con violencia y represión a las pretensiones raciales de justicia reconocimiento y reparación posteriores a la muerte de afroamericanos desarmados en manos de la policía levantando los mayores disturbios sociales en tiempos de paz de la historia de USA. En el asalto al capitolio los fascistas pusieron los pies encima de las mesas de sus señorías.

Feliz 2021, fascistas!: Inicio del CAGA

Este 2021 confirma la debacle socio-político-económica con el asalto al Capitolio para mantenerse en el poder con la excusa de defender la democracia; aunque fuera momentáneamente bajo la escusa de fraude. De fondo una turba de seguidores capaz de todo pero incapaz de distinguir la realidad de la ficción. Una chusma que no es frenada por las fuerzas represivas porque entienden que son parte de sí mismas.

El país entero ha sido y es víctima de las mismas técnicas de desinformación masivas que practican en otros países con fines ingerenciales. Psy-ops, black ops, wet works, lawfare, google bombing, regime changing, fake news, deep fake, black hack ops, re-booting, re-branding, rep-ops, big data mining... técnicas que hemos visto desplegarse y afinarse en todos los países del mundo pero que solo pueden ser practicadas por unos cuantos actores: gobiernos, ejércitos, servicios secretos, agencias globales, grandes agencias nacionales o corporaciones. Cuando estos actores entran en conflicto surge este tipo de enfrentamientos, capaz de arrastrar a una nación incapaz de distinguir la ficción de la realidad.

La cuna de los golpes de estado víctima de un golpe a su estado. ¿A quién le sorprende? A diferencia de lo que dicen si hay precedentes. Recordemos que aunque nadie quiere que trascienda en los medios, en 1934 el General Smedley Butler tuvo que testificar ante el Congreso por los mismos cargos. Tanto entonces como ahora contaban con un ejército organizado entorno a los veteranos de guerra. Igual que ocurrió en la Italia de 1922 de Mussolini, o el Pustch de Munich de 1923 de Hitler. Entonces la American Legion, hoy Proud Boys, 3% o Patriot Front, un grueso paramilitar de unos 500.000 soldados.

Lo único que podemos decir es que la raíz del problema sigue intacta, y los hechos volverá, que es la inequidad derivada de la hiperacumulación, el hiperindividualismo y el hiperconsumismo promovidos por el fascismo funcional de las élites. Así que ya sabéis, Fascistas, Feliz 2021!, estáis de enhorabuena, porque vuestros amos os seguirán alimentando mientras morís de inanición. Entre tanto el país entero se seguirá yendo a pique por la acumulación de crisis irresueltas hasta su colapso y un sistema que engorda hasta reventar. Otra contrariedad de las vuestras. Tenemos fascismo para rato. Feliz desintegración en átomos!

Compañeras norteamericanas, desde estas líneas todo nuestro apoyo para acabar con la lacra fascista propulsada por el capital de élites y oligarquías que no solo amenaza vuestro territorio sino todo el globo en su caída. Juntos pueblos e intersecciones superaremos este cáncer como si de una epidemia de odio se tratase. La Bakuna es la Acción Directa, Apoyo Mutuo y Autogestión. Y un poco de Amor.

#acab #malp #ftp #1312

Salud! PHkl/tctca

Pablo Herakleo

Fuente - https://tarcoteca.blogspot.com/2021/01/feliz-2021-fascistas-la-toma-del.html 7.1.2021


Read more ...

[Poema] Sueños marginales

Posted: 08 Jan 2021 08:28 AM PST

 

Sueños marginales,
en las noches de agonía,
donde la demencia es la frase,
que acontece a cada día.

Sueños marginales,
despertares y desdichas,
donde el invierno es crudo,
como mi carne, como mi vida.

Sueños marginales,
voy siempre por la misma vía,
donde mi sombra se pierde,
distante entre la neblina.

Sueños marginales,
despertares de malicia,
donde ya todo está muerto,
sin esperanzas, sin alegría.

https://www.youtube.com/watch?v=f57Ag1MakOo

Horcas - Esperanza

Veo y no creo
grito y no me escuchan
sé que hay esperanza
creo en lo que hago

 


Read more ...

Comunismo - David Graeber

Posted: 08 Jan 2021 08:27 AM PST

Este texto es el capítulo 19 (Pp. 199–210) en The Human Economy: A Citizen’s Guide. Editado por Keith Hart, Jean-Louis Laville y Antonio David Cattani. Traducción del original por Tía Akwa.

El comunismo se puede dividir en dos variedades principales, que llamaré comunismo "mítico" y "cotidiano". Podrían denominarse fácilmente versiones "ideales" y "empíricas" o incluso "trascendentes" e "inmanentes" del comunismo.

El Comunismo mítico (con C mayúscula) es una teoría de la historia, de una sociedad sin clases que una vez existió y se espera que algún día regrese. Es notoriamente mesiánico en su forma. También se basa en una cierta noción de totalidad: una vez hubo tribus, algún día habrá naciones, organizadas enteramente sobre principios comunistas: es decir, donde la 'sociedad' - la totalidad misma - regula la producción social y por lo tanto las desigualdades de la propiedad no existirá.

El comunismo cotidiano (con una c minúscula) solo puede entenderse en contraste rechazando tales marcos totalizadores y examinando la práctica cotidiana en todos los niveles de la vida humana para ver dónde está el principio comunista clásico de 'de cada uno según sus capacidades, a cada uno según su necesidades 'se aplica realmente. Como expectativa de ayuda mutua, el comunismo en este sentido puede verse como el fundamento de toda la socialidad humana en cualquier lugar; como principio de cooperación, surge espontáneamente en tiempos de crisis; como solidaridad, subyace a casi todas las relaciones de confianza social. El comunismo cotidiano, entonces, no es un organismo regulador más amplio que coordina toda la actividad económica dentro de una sola "sociedad", sino un principio que existe en y hasta cierto punto forma la base necesaria de cualquier sociedad o relaciones humanas de cualquier tipo. Incluso el capitalismo puede verse como un sistema para gestionar el comunismo (aunque es evidente que en muchos sentidos es profundamente defectuoso). Permítanme tomar cada uno de estos por turno.

Comunismo mítico

Esta es una idea de una sociedad que existió una vez o que podría existir en algún momento en el futuro, que está libre de todas las divisiones de propiedad y donde todas las cosas son compartidas en común. En segundo lugar, se refiere a experimentos sociales, a menudo de inspiración religiosa, que intentan recrear tales arreglos a menor escala en la actualidad. Por último, el término se ha aplicado de forma más vaga a los movimientos o regímenes políticos de masas que pretenden crear una sociedad así en el futuro.

Los movimientos sociales que pretendían abolir todas las divisiones de propiedad se atestiguan ocasionalmente para el mundo antiguo, desde la 'Escuela de los labradores' china (c. 500 a. C.) hasta los mazdakitas persas (c. 500 d. C.), al igual que grupos sectarios más pequeños (como ciertos grupos de esenios) que formaron comunidades utópicas basadas en principios comunistas. Debido a la naturaleza muy limitada de nuestras fuentes, es extremadamente difícil establecer cuán comunes fueron realmente esos movimientos, y mucho menos obtener una imagen precisa de sus objetivos e ideologías. La mayor parte de la historia de la humanidad, especialmente la historia de África, el Pacífico y las Américas, simplemente la hemos perdido. Sin embargo, estas son precisamente las partes del mundo donde estos movimientos probablemente hayan tenido mayor difusión y éxito. Muchas de las sociedades notoriamente igualitarias de la Amazonía y América del Norte, por ejemplo, vivían en tierras que, siglos antes, habían visto complejas civilizaciones urbanas. ¿Son mejor vistos como refugiados del colapso de esas civilizaciones o como descendientes de los rebeldes que las derrocaron? Si es lo último, ¿podría esto sugerir que sus ideas y prácticas con respecto a la tierra, la naturaleza y la propiedad (que inspiraron muchas de las primeras concepciones europeas del "comunismo primitivo" en primer lugar) son en sí mismas ideologías revolucionarias exitosas de generaciones pasadas? Parece probable, pero simplemente no lo sabemos. Incluso los cazadores-recolectores africanos como los !Kung, Hadza o Pigmeos, a menudo tratados como fósiles vivientes del Paleolítico, o pastores igualitarios como los Nuer o Maasai, viven en áreas donde ha habido agricultores, estados y reinos durante miles de años. No está del todo claro en qué medida su rechazo a los regímenes de propiedad individualistas o, para el caso, cualquier otra cosa sobre su organización social se parece realmente a lo que era común en el Paleolítico o cuánto representan un rechazo consciente de los valores de las poblaciones circundantes.

Volviendo a lo que todavía nos gusta llamar, sin una razón particularmente buena, la "tradición occidental", la idea de que las divisiones de propiedad no siempre han existido se repite a menudo en los autores antiguos y parece haberse sostenido comúnmente. Llegó a ser consagrado en el derecho romano a través de ciertos pasajes del Digesto de Justiniano que sostienen que las divisiones de propiedad no se basan en las leyes de la naturaleza sino que, como la guerra, el gobierno, la esclavitud y todas las formas de desigualdad social, surgieron solo más tarde a través del ius gentium (derecho de gentes) –esencialmente, los usos de la guerra. Estos pasajes fueron ampliamente discutidos cuando se revivió la ley romana en la Europa occidental del siglo XII, donde se intentó cuadrarlos con los relatos bíblicos del Edén y con las enseñanzas de Jesús, las prácticas de los apóstoles y los escritos de algunos de los primeros tiempos de la Iglesia. Padres (como San Basilio) que se oponían a la propiedad privada de la riqueza. El debate sobre la 'pobreza apostólica' que se desarrolló a lo largo del siglo XIII, el más famoso entre franciscanos y dominicos, fue sobre todo sobre la legitimidad de la propiedad privada en sí y la viabilidad de crear una sociedad sin ella. Tales argumentos dentro de la Iglesia se hicieron eco de los de los movimientos religiosos populares –ahora recordados como 'herejías'– que se volvieron bastante comunes durante la Baja Edad Media en Europa, muchos de los cuales, como los taboritas, cuyos ejércitos llegaron a dominar gran parte de Europa Central en el siglo XV, eran explícitamente comunistas. Movimientos similares de comunismo religioso surgieron en los primeros tiempos de la era moderna, desde los cavadores en Inglaterra hasta los anabautistas en Alemania, casi siempre para ser duramente reprimidos por las autoridades. Uno puede encontrar un comunismo cristiano similar reflejado en movimientos como los rebeldes de Taiping, que en ciertos momentos controlaron partes sustanciales de la China del siglo XIX.

Es un rasgo notorio de las insurrecciones populares en las sociedades tradicionales que tienden a apelar a una visión utópica de un orden social pasado o a una visión mesiánica de una sociedad futura mostrada por la revelación divina o, a veces, a ambas. La idea de que hubo un tiempo en que no existían las divisiones sociales ("Cuando Adán araba y Eva hilaba, ¿quién era entonces el caballero?”). Y que ese tiempo vendrá de nuevo se desprende naturalmente de esta visión mesiánica.

No es de extrañar entonces que una visión histórica similar se invocara a menudo dentro de los movimientos obreros del siglo XIX. Fue en este contexto que la palabra 'comunismo' se empleó por primera vez en su sentido actual, en algún lugar entre 1835 y 1845. Para Marx, el comunismo era el fin final de la lucha revolucionaria, que se lograría plenamente solo después de un conflicto político indeterminado, y aunque argumentó que en un sentido el comunismo ya era inmanente en la autoorganización de los trabajadores actuales contra el capitalismo, vio esa lucha como un proceso continuo cuyo final simplemente no se podía imaginar usando las categorías burguesas que existían en su época. De ahí su notoria negativa a describir cómo podría ser el comunismo. En el único y famoso caso en el que incluso se acercó a tal descripción, en La ideología alemana[1], ni siquiera intentó una visión de ciencia ficción, sino que prefirió recurrir a imágenes claramente inspiradas en el 'comunismo primitivo' una vez más:

Tan pronto como comienza la división del trabajo, cada hombre tiene una esfera de actividad particular y exclusiva que se le impone y de la que no puede escapar. Es cazador, pescador, pastor o crítico y debe seguir siéndolo si no quiere perder su medio de vida; mientras que en la sociedad comunista, donde nadie tiene una esfera exclusiva de actividad pero cada uno puede realizarse en la rama que desee, la sociedad regula la producción general y así me permite hacer una cosa hoy y otra mañana, cazar por la mañana, pescar por la tarde, criar ganado por la noche, criticar después de la cena, tal como tengo en mente, sin convertirme nunca en cazador, pescador, pastor o crítico.

Obviamente, todo esto es una forma de hablar; Marx no estaba sugiriendo que después de la revolución la mayoría de la gente pasaría su tiempo ocupada principalmente en la caza y la pesca, aunque podría haber usado esos ejemplos para sugerir que, bajo el comunismo, la división artificial que hacemos entre trabajo (doloroso) y el ocio (placentero)  ya no tendría mucho sentido. Su punto real aquí es que lo que llamamos "propiedad privada", "la división del trabajo" y la "desigualdad social" son, en última instancia, lo mismo; y una sociedad libre, por lo tanto, sólo podría ser una que los aboliera a los tres. Por eso insistió en que bajo el comunismo nos convertiríamos, como él mismo dijo, en un Ser Genérico [Species Being], definido solo por nuestra humanidad común, en lugar de dividirnos en diferentes tipos de personas que hacen cosas diferentes. Una manifestación práctica de esto tendría que ser una en la que todos seamos libres de avanzar y retroceder entre roles, incluso, aparentemente, roles de género, ya que Marx comienza su discusión sobre la división del trabajo con la división entre hombres y mujeres; pero, al apelar a una visión primitiva obviamente fantasiosa, Marx evita intencionalmente incluso especular sobre cómo podría funcionar esto realmente.

Sobre todo, para Marx, el comunismo significaba superar la alienación producida por los regímenes de propiedad, por la cual nuestras propias acciones regresan a nosotros en formas extrañas e irreconocibles, haciendo imposible que los seres humanos creen juntos un mundo en el que realmente quisiéramos vivir:

El comunismo como trascendencia positiva de la propiedad privada como autoextrañamiento humano y, por tanto, como apropiación real de la esencia humana por y para el hombre; el comunismo, por tanto, como el retorno completo del hombre a sí mismo como ser social (es decir, humano), un retorno logrado conscientemente y que abarca toda la riqueza del desarrollo anterior. Este comunismo, como naturalismo plenamente desarrollado, equivale al humanismo, y como humanismo plenamente desarrollado equivale al naturalismo; es la resolución genuina del conflicto entre el hombre y la naturaleza y entre el hombre y el hombre; la verdadera resolución de la contienda entre existencia y esencia, entre objetivación y autoconfirmación, entre libertad y necesidad, entre individuo y especie. El comunismo es el enigma de la historia resuelto, y se sabe que es esta solución.

Después de la publicación del Manifiesto del Partido Comunista de Marx y Engels en 1848, la palabra llegó a identificarse de manera casi indeleble con su proyecto político específico y el análisis teórico igualmente específico de clase, capitalismo, trabajo y explotación sobre el que se construyó. No obstante, pasó algún tiempo antes de que "comunista" se convirtiera simplemente en una palabra para una especie de marxista. Por ejemplo, el término "comunista libertario" se usaba a menudo como sinónimo de "anarquista". Durante gran parte del siglo XIX, las referencias a los 'comunistas' en la literatura dominante probablemente no se referían ni a los marxistas ni a los anarquistas, sino simplemente a los proponentes y creadores de comunas o experimentos utópicos similares (“comunidades intencionales” como se llamarían hoy en día) una forma de acción política casi uniformemente desdeñada por los marxistas. Un buen ejemplo de este uso es el famoso estudio de Charles Nordhoff, The Communistic Societies of the United States, publicado en 1875. Este uso de “comunismo” nunca desapareció por completo, y ha regresado en ensayos como Call The Coming Insurrection por el Comité Invisible hoy, donde “comunismo” se usa para referirse simplemente a la organización interna de las comunas.

Con el éxito de la revolución rusa, este énfasis cambió en gran medida, y en el transcurso del siglo XX el término “comunismo”' se ha utilizado cada vez más para referirse a la ideología de los partidos comunistas y luego, por extensión, a lo que llegó a conocerse por sus oponentes en la Guerra Fría como "regímenes comunistas". Como resultado, para muchos, si no la mayoría de la población mundial, "comunismo" ha llegado a significar "el sistema económico que prevaleció bajo las economías de mando de la ex Unión Soviética y sus aliados, la China maoísta y otros regímenes marxistas". Hay una profunda ironía histórica aquí, ya que ninguno de esos regímenes afirmó haber alcanzado realmente el comunismo como ellos mismos lo definieron. Se refirieron a sus propios sistemas más bien como “socialistas”, que encarnaban un período de transición de la dictadura del proletariado que solo se transformaría en comunismo real en algún momento no especificado en el futuro, cuando el avance tecnológico, una mayor educación y prosperidad eventualmente conducirían al marchitamiento del estado.

Comunismo cotidiano

La frase “socialismo realmente existente” fue acuñada como un término de crítica: los revolucionarios socialistas hablaban incesantemente de los regímenes que deseaban crear, pero en casi ningún caso deseaban que sus visiones fueran juzgadas por los logros reales de los regímenes que se referían a sí mismos como “socialistas”. Esto plantea la pregunta: ¿es posible hablar de comunismo “realmente existente”? Si vemos las cosas dentro de un marco estatista y buscamos alguna unidad que pueda ser designada como una "sociedad" organizada sobre principios comunistas, entonces claramente la respuesta tendría que ser no. Sin embargo, este no es el único enfoque posible. Prefiero identificar un principio que, en combinación con otros, se puede encontrar en todas las sociedades humanas en un grado variable. Por su carácter mundano, que lo hace casi invisible a la mirada normal, lo llamo "comunismo cotidiano".

Para ello, parece mejor partir de la definición clásica de comunismo –“de cada uno según sus capacidades, a cada uno según sus necesidades” – y luego examinar aquellas formas de organización o relaciones humanas que se organizan según ese principio, dondequiera que uno los encuentre. El origen de esta frase, por cierto, es interesante. Se le atribuye ampliamente, pero incorrectamente, a Karl Marx. Parece haber sido una consigna corriente en el movimiento obrero francés de las primeras décadas del siglo XIX; y aparece impreso por primera vez en un libro titulado L'Organisation du travail del agitador socialista Louis Blanc en 1839. Blanc lo utilizó para describir los principios organizativos de los “talleres sociales” que deseaba que el gobierno estableciera como una nueva base para industria.

Marx sólo retomó la frase mucho más tarde, en su Crítica del programa de Gotha en 1875, y la usó a su manera idiosincrásica: porque la situación que imaginaba se apoderaría de la sociedad en su conjunto una vez que la tecnología hubiera alcanzado el punto que pudiese garantizar la abundancia material absoluta, posibilitando así la auténtica libertad humana. Sin embargo, la idea de que el comunismo en el sentido de Louis Blanc, como cierta forma de coordinar el trabajo o la actividad humana, pueda existir en cualquier sociedad humana, no es del todo nueva. Peter Kropotkin, por ejemplo, a quien a menudo se hace referencia como el fundador del “comunismo anarquista”, en El apoyo mutuo (1902) implica algo muy parecido cuando escribe que el comunismo podría verse mejor simplemente como cooperación humana: y la cooperación es la base última de todos los logros humanos y, de hecho, de la vida humana. Sin embargo, lo que estoy sugiriendo tiene un alcance aún más amplio.

  1. El comunismo como cooperación

Esta es la forma en que casi todo el mundo se comporta si está colaborando en algún proyecto común. Al menos lo hacen, a menos que haya alguna razón específica para no hacerlo: por ejemplo, una división jerárquica del trabajo que dice que algunas personas toman café y otras no. Si alguien que arregla una tubería de agua que se ha roto y dice "pásame la llave inglesa", su compañero de trabajo generalmente no dirá “¿y qué obtengo yo por ello?” incluso si trabajan para Exxon-Mobil, Burger King o Goldman Sachs. La razón, irónicamente, dada la sabiduría convencional de que “el comunismo simplemente no funciona”, es la simple eficiencia: si realmente te importa hacer algo, asignar las tareas por capacidad y dar a las personas lo que necesitan para hacer el trabajo es obviamente lo más forma eficiente de hacerlo. Lo que esto significa, por supuesto, es que las economías de mando, que ponen a las burocracias gubernamentales a cargo de coordinar todos los aspectos de la producción y distribución de bienes y servicios dentro de un territorio nacional determinado, tienden a ser mucho menos eficientes que otras alternativas disponibles. En vista de esto, es difícil imaginar cómo podrían haber existido estados como la Unión Soviética, y mucho menos mantenerse como potencias mundiales. La respuesta es que incluso las burocracias más totalitarias solo pueden funcionar mediante la interpretación informal de las reglas y la cooperación entre las personas que trabajan en ellas (véase Economía informal).

Incluso se podría decir que es uno de los escándalos del capitalismo que la mayoría de las empresas operen internamente sobre principios comunistas. Es cierto que tienden a no operar de manera particularmente democrática. La mayoría de las veces están organizadas por cadenas de mando de arriba hacia abajo de estilo militar. Pero aun así, a menudo hay una tensión interesante aquí, porque en realidad, las cadenas de mando de arriba hacia abajo no son realmente muy eficientes (tienden a promover la estupidez entre los de arriba, el resentimiento entre los de abajo). Cuanto más hay que improvisar, mayor es la necesidad de cooperación democrática. Los inventores siempre lo han sabido y los capitalistas de la puesta en marcha y los ingenieros informáticos han redescubierto recientemente el principio: no solo con cosas como el software gratuito, del que todo el mundo habla, sino incluso en la organización de sus negocios. Apple Computers es un ejemplo famoso: fue fundada por ingenieros informáticos (en su mayoría republicanos) que rompieron con IBM en Silicon Valley en la década de 1980, formando pequeños círculos democráticos de veinte a cuarenta personas con sus computadoras portátiles en los garajes de los demás.

Presumiblemente, esta es también la razón por la que, inmediatamente después de grandes desastres –una inundación, un apagón, una revolución o un colapso económico– la gente tiende a comportarse de la misma manera, volviendo a una especie de comunismo rudo y listo. De repente, aunque sea por poco tiempo, las jerarquías, los mercados y cosas por el estilo se convierten en lujos que nadie puede permitirse.

  1. El comunismo como socialidad de base

Cualquiera que haya vivido un momento así puede hablar de sus cualidades peculiares, la forma en que los extraños se convierten en hermanas y hermanos y la propia sociedad humana parece renacer. Esto es importante porque no estamos hablando simplemente de cooperación. De hecho, el comunismo es la base de toda sociabilidad humana. Eso es lo que hace posible la sociedad. Siempre existe la suposición de que se puede esperar que cualquier persona que no sea realmente un enemigo actúe según el principio de “de cada uno según sus habilidades...” al menos hasta cierto punto: por ejemplo, si necesita averiguar cómo llegar a algún lugar y una persona tiene la capacidad de darte direcciones, entonces lo hará.

La conversación es un dominio particularmente predispuesto al comunismo. Esto no es para negar la importancia de las mentiras, los insultos, las humillaciones y otros tipos de agresión verbal, pero la mayoría de ellos se basan en una presunción de comunismo, en el sentido de que un insulto no duele a menos que asuma que la gente normalmente toma los sentimientos de los demás en consideración; y es imposible mentirle a alguien que normalmente no espera que usted diga la verdad. Sin duda, es significativo que, cuando realmente deseamos romper relaciones amistosas con alguien, dejamos de hablarle por completo. Lo mismo ocurre con las pequeñas cortesías como pedir prestado un encendedor o incluso un cigarrillo. En tales casos, los costos de suministro se consideran claramente tan mínimos que cumplimos sin siquiera pensar en ello. Lo mismo ocurre si la necesidad de otra persona, incluso la de un extraño, es espectacular y extrema: si se está ahogando, por ejemplo. Si un niño se ha caído en las vías del metro, asumimos que cualquiera que sea capaz de ayudarlo a levantarse lo hará.

A esto lo llamo “comunismo de base”, el entendimiento de que el principio de  “de cada uno según sus capacidades, a cada uno según a sus necesidades” se aplicará, a menos que las personas se consideren tan completamente enemigas entre sí y si la necesidad se considera lo suficientemente grande o el costo lo suficientemente razonable. Por supuesto, diferentes comunidades aplican estándares muy diferentes a la pregunta de qué es una necesidad razonable: en un entorno urbano impersonal, podría limitarse a encendedores y direcciones; en muchas sociedades humanas, una solicitud directa de alimentos o de algún otro artículo de consumo común puede ser imposible de rechazar. Esto es especialmente cierto en el caso de los tipos de alimentos más ordinarios y cotidianos, que en muchas sociedades, por esta misma razón, se convierten en formas de mantener las fronteras sociales: como por ejemplo en muchas sociedades europeas y del Medio Oriente donde prevalecían las enemistades de sangre, los hombres vacilarían comer pan y sal con rivales potenciales porque, si lo hicieran, ya no estaría permitido dañar a esa persona.

De hecho, compartir la comida todavía se considera la base de la moralidad, pero, por supuesto, también es una de las principales formas de placer (¿quién realmente querría comer una comida deliciosa en soledad?). En la mayoría de los lugares, las fiestas se consideran la cúspide de la sociabilidad. Los elaborados juegos, concursos, competencias y representaciones que marcan una fiesta popular, son, como las estructuras de intercambio que caracterizan a la sociedad misma, construidas sobre una especie de base comunista. En este caso, la experiencia de la convivencia compartida no es solo la base moral de la sociedad, sino también su fuente más fundamental de placer. Los placeres solitarios siempre existirán sin duda, pero para la mayoría de los seres humanos, incluso ahora, las actividades más placenteras casi usualmente involucran compartir algo: música, comida, licor, drogas, chismes, teatro, cama. Por tanto, existe un cierto comunismo de los sentidos en la raíz de la mayoría de las cosas que consideramos divertidas.

Conclusiones

La sociología del comunismo cotidiano es un campo potencialmente enorme acerca del cual, debido a nuestras peculiares anteojeras ideológicas, no hemos podido escribir, porque en gran parte no hemos podido ver el objeto. Marcel Mauss, por ejemplo, habló de “comunismo individualista”, como el que existe entre parientes cercanos como las madres y sus hijos, generalmente hermanos, pero también entre amigos cercanos o hermanos de sangre. En este sentido, cualquier “sociedad” podría imaginarse como un hilo de interminables redes comunistas. En tales relaciones, todo podría compartirse si surge la necesidad. En otras relaciones entre individuos, cada uno se limita a un cierto tipo de reclamo sobre el otro: ayudarlos a reparar sus redes de pesca, ayudarlos en la guerra o proporcionar ganado para un banquete de bodas. Aun así, estos pueden considerarse comunistas si el reclamo puede ejercerse siempre que sea necesario. De manera similar, existen grupos dentro de los cuales todos los miembros pueden hacer ciertas reclamaciones ilimitadas de este tipo cuando lo necesiten: sociedades de ayuda mutua, asociaciones de seguros mutuos, etc. Las firmas de seguros modernas son, irónicamente, transformaciones comerciales de un principio esencialmente comunista. Finalmente, cualquier grupo social autoorganizado, desde una corporación hasta un club de fútbol o una cofradía religiosa, tendrá reglas particulares sobre qué tipo de cosas deben compartirse y sobre el acceso colectivo a sus recursos comunes. Por supuesto, esto se refleja en la literatura sobre la gestión colectiva de los bienes comunes, pero es importante tener en cuenta que a menudo, los grupos sociales (comenzando con clanes, pueblos o similares) establecerán reglas completamente artificiales para crear una dependencia comunista mutua. Los antropólogos, por ejemplo, están familiarizados con la existencia de estructuras de mitades [moiety structures[2]], en las que una comunidad se divide en dos divisiones arbitrarias, cada una de las cuales debe depender de la otra para construir sus casas, proporcionar servicios rituales o enterrar a los muertos de cada uno, simplemente cuando el otro tiene una necesidad.

Las relaciones comunistas existen en una variedad infinita, pero dos características comunes siempre saltan a primer plano. La primera es que no se basan en cálculos. Por ejemplo, a un lado de una aldea iroquesa nunca se le ocurriría quejarse de que habían enterrado a seis de los muertos del otro lado este año y que el otro lado solo había enterrado a dos de los suyos. Esto sería una locura. Cuando llevar cuentas parece una locura de esta manera, estamos en presencia del comunismo. La razón por la que parece ser así es porque todos deben morir y es de suponer que los dos lados de la aldea siempre estarán allí para enterrar a los muertos del otro, por lo que llevar las cuentas es obviamente inútil. Esto pone de manifiesto el segundo punto: a diferencia del intercambio, donde las deudas pueden cancelarse inmediatamente, o en un plazo relativamente corto, el comunismo se basa en la presunción de la eternidad. Uno puede actuar de manera comunista con aquellos que trata como si siempre existieran, así como la sociedad siempre existirá, incluso si (como con, digamos, nuestras madres) sabemos a un nivel más cerebral que esto no es realmente cierto.

Por tanto, podríamos analizar las relaciones humanas como que tienden a tomar una de estas tres formas: relaciones comunistas, relaciones jerárquicas o relaciones de intercambio. El intercambio se basa en principios de reciprocidad, pero esto significa que las relaciones se cancelan inmediatamente (como en el mercado, cuando hay un pago inmediato) o, finalmente, cuando se devuelve un regalo o se paga una deuda. Las relaciones humanas basadas en el intercambio son intrínsecamente temporales, pero igualitarias al menos en el sentido de que cuando se realiza el pago, las dos partes vuelven a la misma situación. La jerarquía no se basa en un principio de intercambio recíproco, sino más bien en un precedente: si uno da un regalo a un superior o inferior, es probable que se espere que lo vuelva a hacer en circunstancias similares. La jerarquía se parece al comunismo en que se supone que es permanente y, por lo tanto, tiende a no involucrar el cálculo de cuentas; excepto que el comunismo, por supuesto, tiende a ser decididamente igualitario en su base.

Siguen varias implicaciones radicales. Terminaré con una. Si aceptamos esta definición, nos da una nueva perspectiva del capitalismo: es una forma de organizar el comunismo. Cualquier principio económico ampliamente distribuido debe ser una forma de organizar el comunismo, ya que la cooperación y la confianza intrínsecas a la socialidad básica serán siempre los cimientos de la economía y la sociedad humanas. La pregunta para aquellos de nosotros que sentimos que el capitalismo es una mala forma de organizar el comunismo o incluso una forma finalmente insostenible es ¿cómo sería una forma más justa de organizar el comunismo? Uno específicamente que desalentaría la tendencia de las relaciones comunistas a deslizarse hacia formas de jerarquía. Hay motivos para creer que cuanto más creativa sea la forma de trabajo, más igualitarias tenderán a ser las formas de cooperación. Entonces, quizás la pregunta clave sea: ¿cómo podemos idear formas de cooperación humana más igualitarias y creativas que sean menos jerárquicas y embrutecedoras que las que conocemos actualmente?

David Graeber

Otras lecturas

Blanc, L. (1839) L’Organisation du travail. Au Bureau de Nouveau Monde, Paris. [Primero en decir 'de cada uno según sus capacidades, a cada uno según sus necesidades']

Cohn, N. (1972) The Pursuit of the Millennium: Revolutionary Millenarians and Mystical Anarchists of the Middle Ages. Oxford University Press, New York. [Un enfoque clásico, pero crítico de los movimientos comunistas medievales]

Dawson, D. (1992) Cities of the Gods: Communist Utopias in Greek Thought. Oxford University Press, Oxford. [Buen resumen para el mundo antiguo]

Graeber, D. (2010) Debt: The First Five Thousand Years. Melville House, New York. [Ver Capítulo 2 para el comunismo cotidiano en sus diversas manifestaciones]

Comité invisible (2004) Call. US Committee to Support the Tarnac 9, New York. [Reafirmación contemporánea del 'comunismo' como comunalismo]

Kropotkin, P. (1902) Mutual Aid: A Factor of Evolution. William Heinemann, London. [Anarco-comunismo clásico, la 'ayuda mutua' de Kropotkin se acerca al 'comunismo cotidiano']

Marx, K. and Engels, F. (1846 [1970]) The German Ideology. International Publishers, New York.

Marx, K. and Engels, F. (1848 [1998]) Manifesto of the Communist Party. Penguin, New York.

Mauss, M. (1990 [1925]) The Gift: Form and Reason of Exchange in Archaic Societies. Routledge, London. [El ensayo clásico de Mauss introduce la idea de 'reciprocidad total', que es el comunismo de c minúscula]

Morgan, L. H. (1965 [1881]) Houses and House-Life of the American Aborigines. University of Chicago Press, Chicago. [Etnografía influyente de la vida comunitaria, especialmente para Engels]

Nordhoff, C. (1875) The Communistic Societies of the United States. Harper and Brothers, New York. [Especially good on religious societies]

Priestland, D. (2006) The Red Flag: Communism and the Making of the Modern

World. Allen Lane, London. [The standard recent scholarly history] Testart, A. (1985) Le Communisme primitif. Maison des Sciences de l’Homme, Paris. [La mejor versión reciente del ' comunismo primitivo ' a la antigua]

 

[1] Hay que decir que el libro La ideología alemana atribuido a Marx y Engels, como sabemos actualmente, en realidad es una compilación más o menos arbitraria de la mano de los editores de las obras completas de Marx, y nunca hubo intención de que tal libro existiese por parte de Marx y Engels. Cf. https://www.welt.de/print-welt/article312990/Die-Deutsche-Ideologie-hat-es-nie-gegeben.html [Nota de la traductora].

[2] En el estudio antroepológico del parentesco, una moiety (mitad, fracción) es un grupo de ascendencia que coexiste con solo otro grupo de ascendencia dentro de una sociedad. En tales casos, la comunidad suele tener descendencia unilineal, ya sea patrilineal o matrilineal, de modo que cualquier individuo pertenece a uno de los dos grupos de mitades por nacimiento, y todos los matrimonios tienen lugar entre miembros de diferentes mitades. En el caso de un sistema de descendencia patrilineal, esto puede interpretarse como un sistema en el que las mujeres se intercambian entre las dos mitades [Nota de la traductora].

 


Read more...

No hay comentarios:

Publicar un comentario