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jueves, 16 de abril de 2020

Tinkunaco 0533/20 - Re: Boletín diario del Portal Libertario OACA

Boletín diario del Portal Libertario OACA

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  • La epidemia de gripe de 1918 en los medios de la Confederación
  • (Ex)Presión Nº 10
  • Colección de poemas: "Hacia la leyenda de los gorriones XI"
  • "Las tres revoluciones que viví". Capítulo 18
Posted: 15 Apr 2020 10:37 AM PDT
La famosa epidemia de gripe de 1918, llamada “gripe española”, apareció por primera vez entre los soldados americanos que iban a las trincheras de la Primera Guerra Mundial. A causa de la gran movilidad de tropas de aquellos días la dolencia pudo extenderse con gran libertad entre nuevas poblaciones. De este modo mató la barbaridad de 50 millones de personas en todo el mundo. Se dice rápido. Constituye un poderoso ejemplo del potencial destructivo que tiene una pandemia.
En el Reino de España la dolencia llegó entre abril y mayo de 1918. Se conoce que al no existir una censura en la prensa, los medios españoles informaron de la epidemia a las pocas jornadas de su aparición. Por eso al principio se pensaba que la dolencia venía de España y se había contagiado hacia Europa, cuando fue al revés. Para contextualizar la dolencia, esta tuvo un rebrote en septiembre y octubre de 1918 que fue la época con mayor mortalidad. Y más tarde otro repunte en febrero de 1919, que duró un par de meses. Finalmente, en 1920 hubo otra oleada de la epidemia. En total murieron alrededor de 150.000 personas en España y el año de 1918 fue el único hasta la Guerra Civil en el cual la población total del país descendió.
Pero bien es verdad que la epidemia llegó a una España que apenas sobrevivía a la miseria. La prensa de la época destaca los aciertos de las autoridades, como, por ejemplo, la organización de brigadas de limpieza o el cierre de las escuelas. Pero siendo realistas, la mayoría de la infancia apenas pisaba una escuela, teniendo que ir a trabajar desde edades muy tempranas. Las organizaciones obreras no pudieron preocuparse de la dolencia y la solían atribuir a las pésimas condiciones higiénicas en las cuales vivía la clase obrera. De esta forma los sindicatos catalanes afectos a la CNT celebraron el Congreso de Sants, en el verano de 1918 (cuando la primera oleada de la epidemia había remitido), los mineros asturianos el suyo en septiembre y la UGT celebró su congreso nacional a Madrid en octubre de 1918 (en pleno rebrote de la dolencia).
Hay que entender que no se descubrirían los virus hasta 1935 y que la clase obrera del momento conocía los efectos del cólera, de la tuberculosis, de las diarreas y fiebres, del tifus, la polio o la viruela. Cada epidemia se cobraba las vidas de miles de personas, y se cebaba especialmente con las capas sociales más pobres. Pobreza y carencia de higiene suelen ir íntimamente unidas y esta una de las razones de la alta tasa de mortalidad. A este factor se le puede asociar también el hambre, que acompaña los periodos de crisis, y 1918, lo era. Europa vivía los últimos episodios de la “Gran Guerra” y las fábricas iban echando el cierre. Esto agravaba la situación de las familias que veían un futuro incierto. Las continuas muertes iban dando pie a procesiones religiosas y a oraciones públicas “por nuestros pecados”, como había tenido lugar durante las epidemias anteriores.
Pero también hay que tener en cuenta que se da en un periodo de altísima conflictividad política y social, como es el final de la guerra europea. La pandemia se cobró millones de vidas a Europa siente el marco en el cual se dieron las revoluciones de 1918-19. No es nada osado considerar que la gripe fue un factor más del estallido huelguístico de 1919 en Cataluña, que se abriría con la famosa huelga de la Canadiense en febrero de aquel año.
En Solidaridad Obrera – hacia octubre – aparecían cada día publicadas noticias referentes a la epidemia. Se hablaba de muertes cada día, en las calles de Barcelona y también en los pueblos españoles. Se constataba la muerte de doctores, y el traslado de sanitarios desde unos lugares poco azotados por la dolencia hacia otros más necesitados. Y se notificaban protestas ante el abandono sanitario de la villas y ciudades. Es un contraste evidente hacia el que decían las autoridades que estaban haciendo. Es obvio que no hacían bastante. El pueblo exigía el cierre de locales insalubres o establecimientos alimentarios que provocaban fuertes malos olores – recordemos que no se sabía exactamente de donde vendía la gripe. La propia Solidaridad Obrera respondía a un artículo que ante su local se vendían plátanos medio podridos. Otro factor eran las aguas negras de las ciudades que proliferaban después de los días de lluvia o de aquellos riachuelos urbanos totalmente insalubres de la época industrial.
Además se constata el colapso de los hospitales y las pompas fúnebres. En este caso hubo una huelga en Barcelona producida por el despido de 21 trabajadores para protestar ante las durísimas condiciones que tuvieron que afrontar. El Sindicato de la Madera hizo suya la protesta y convocó una huelga del sector en octubre de 1918, que ganó en pocos días. También los ebanistas de València hicieron lo mismo. En el caso barcelonés se constata la pérdida – por gripe – de Josep Escofet (15 de Octubre), uno de los principales militantes del Sindicato de la Madera. Otros ramos también hicieron huelga (caldereros de cobre, tranvías, Casa Girona, fabricantes de vehículos – todos de Barcelona, vidrio de Gijón, mineros asturianos, campo andaluz, empresas de Terrassa, Mataró, Sabadell, Sitges, etc.), en aquellos tiempos sin confinamientos. Incluso estuvo rondando por Barcelona una huelga de alquileres impulsada por la Unión de Inquilinos (con local social en c/ Santo Pablo, 83 – suyo del sindicato de fideuers) ante el encarecimiento de los pisos y habitaciones. Las reivindicaciones eran similares: además de los precios las quejas eran por pisos sin retretes ni agua corriente.
Cuando hicieron públicas estas peticiones a los propietarios, estos las recibieron con risotadas mientras el Ayuntamiento se encogía de hombros. Las propuestas de las organizaciones obreras eran totalmente lógicas. No discutían la necesidad de ir a trabajar. Están en una época a la cual quien “no trabaja no cobra”. Se pedía trabajar menos horas para tener más fuerzas para afrontar la epidemia, puesto que se pensaba, con razón, que la falta de fuerzas debilitaba los cuerpos y los hacía blancos fáciles de la dolencia. También se pedía que se instalaran lavabos en los talleres para lavarse las manos. Otra petición era instalar cocinas en las empresas para poder comer caliente. Era normal comer alimentos fríos sentados en el suelo. Además se incidía en mejorar la ventilación de los centros de trabajo, que solían estar cargadísimos de polvo en suspensión, microtejidos o humos.
En València la Sociedad Vegetariana Naturista se ofreció al gobernador de la provincia para prestar auxilio a los enfermos de gripe. El ofrecimiento fue rechazado por la Junta de Sanidad por cuestiones morales. Hablamos de la mal llamada moral cristiana, está claro. El movimiento higienista, naturista o vegetariano se fue extendiendo despacio, en parte a causa de esta epidemia, de la cual acusaban directamente el estado por haber fracasado al velar por la salud pública. También acusaban la ignorancia de la población por no saber combatir la dolencia, que entendían que se resolvía con dietas vegetarianas.
En resumen, en 1918, la epidemia fue un factor más en un mundo en plena convulsión. Esta sería una diferencia con nuestra pandemia actual: el coronavirus es el “choque”, mientras que la gripe de 1918 se daba en medio de otros “choques”. El fin de la guerra mundial produjo una profunda crisis económica y el fantasma de la revolución recorrió el mundo. No sabemos con certeza la influencia de la gripe en las revoluciones de la época. Solo se conoce que tuvo impacto en el Brasil como preludio a su insurrección (los burgueses se fueron a sus lujosas villas, mientras el proletariado moría a miles). Es conocido que después de una epidemia la vida cobra un nuevo valor y esto da pie a nuevas luchas sociales antes impensables. Veremos el que nos ofrece esta pandemia que vivimos.
Miguel G. @Blackspartak

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Posted: 15 Apr 2020 10:05 AM PDT
No sorprende que el Gobierno de Urkullu encaje perfectamente con las posiciones de Confebask (Adegi, Cebek o Cea). En esto, como en muchas otras ocasiones, un Gobierno Vasco apocado, obediente a los mercados, acepta las recomendaciones de estos lobbys financieros. Efectivamente, los berridos de un capullo tienen más peso que la vida de las personas.
¡¡Nos ha cambiado la vida por un jodido virus y esta pandilla de burócratas sólo ambiciona enriquecerse a expensas de los trabajadores!! Una vez más hemos visto que el modelo neocapitalista se aferra a sus ganancias embistiendo como la pandemia y que los portavoces mediáticos se pliegan a los intereses de la burguesía financiera e industrial. En concreto, si ayer nos venían con el cese de la actividad que no es esencial, hoy escuchamos que se reanuda la obra pública sólo en parte (‘Y’ vasca, TAV, Metro de Donostialdea … ) y que intentarán recuperar el tiempo perdido en estas obras, - según sus palabras -, fundamentales para salir de esta crisis en que vivimos. Eso sí, Arantxa Tapia – Consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras - dice que Salud y Economía son compatibles.
Mientras tanto, la gente sufre y muere, se siguen decretando cientos de miles de Ertes, y los despidos se cuentan por millares. Por eso, solamente falta que nos controlen mediante una pulsera telemática o que nos implanten un microchip de esos para teledirigirnos de casa al trabajo o de aquí para allá. 
Ahora bien, ante este panorama ¿qué hemos hecho? Nada. En definitiva, la pregunta es la siguiente: ¿hasta cuándo toleraremos este arresto domiciliario y que arrumben con nuestros derechos? Porque habrá que reaccionar ¿no creéis? En todo caso, tampoco olvidemos a los presos ni a los animales que sufren encierro día tras día. Desgraciadamente, la suya no es una “cuarentena” pasajera.

Descargar (Ex)Presión Nº 10



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Posted: 15 Apr 2020 09:55 AM PDT
Alegoría a las bestias del insomnio
En tus sueños,
en tus ojos,
he visto el resplandor
de mil nuevos mundos
transformados en cenizas
por los ruines verdugos
de la libertad.
En mi ser interior
he intentado construir
las pautas, los compromisos
con los que llenar de bondad
al mundo,
y siento que he fracasado,
que me han hecho fracasar.
Aún hay un rubor secreto en mí,
muy secreto, que me hace soñar
con nuevos horizontes,
pero las pautas a seguir
casi por completo han desaparecido.
En mi secreto guardo
la sabiduría que he conseguido recopilar
durante años de sufrimiento y dolor,
que guardan la sinfonía
de mi querer:
la redención de los seres vivos.
Hoy en el Universo
se escuchan cantos de ballenas
que me hacen sentir
el ardoroso deseo
de continuar hacia delante
peleando contra un destino
que se me antoja trágico y abominable.
No he perdido todo,
el aclamado ángel de luz
vino a recordarme
que se pueden hacer mil revoluciones
siempre que yo guarde el secreto
de regalarle a todo momento
una sonrisa,
un te quiero,
una caricia.
¡Lúzbel!
¿Cuánto te costó a ti
acomodarte a los infiernos?
¿Cuánto tiempo acostumbrarte
a tu rostro horrendo?
Hoy no he hecho más que
empezar a sentir,
empezar a abrir la mente
a nuevos recuerdos,
a nuevas sensaciones
que, estoy seguro,
harán volar mi imaginación
más allá de los mares de plata,
más allá de los bosques color esmeralda,
más allá de los confines de este mundo...
En una sonrisa,
en un latir,
en una despreocupada caricia,
así empiezo a vivir de nuevo.

Subjetividad compartida
Si es sentir
el vivir,
no sorprenderá
a nadie
que las emociones
muevan al mundo;
y no entiendo
como puede ser
que un mundo sensato
se encierre, simplemente,
en ecuaciones,
tablas y diagramas,
que no den ningún valor
a la emoción.
Es querer para mí
que no se separen
razón y emoción
pues somos seres sentimentales
y a eso hay que darle valor.
Quiero escribir estas lineas
para que se una ciencia y emoción
de la que nuestro pensamiento
está divorciado
y el individuo
totalmente atomizado.
Es más:
me gustaría que aflorasen las leyendas
sobre relatos sobre la materia oscura
y que fuesen colectivas
para despertar, así,
nuestro mundo interior
en compañía y disfrute
de la colectividad
y de la experiencia compartida
más allá de cualquier control.

¿Cómo amar a un hombre?
¿Cómo?
¿Cómo se hace?
Perdido en tus brazos,
recostado en tu pecho de hierro,
así suspiro un día más
por sentir tus besos.
El honor de las injurias
Es el destino
el de la fría voz
el de sentirse lejos
de esta muchedumbre voraz,
¡atroz!,
que se desliza a lo largo
de este desdén bochornoso
que me destapa la sesera
y echa a freír mis sesos
en la lumbre del infortunio
a recordar ese nombre,
el de ese documental:
El honor de las injurias.

La voz de Dios
Sólo es un resquicio
de un recuerdo,
pequeño, vago...
El recuerdo de un niño,
de un niño tranquilo, callado.
Ese recuerdo
se me presenta como una voz,
profunda, masculina,
que me hace preguntas,
y la última pregunta
resuena en mi mente
y me deja sin respiración:
“¿juras no traicionar
a Dios por encima
de todas las cosas?”
Hoy pienso que, quizá,
fuese una alucinación,
pero,
¿y si no?
FIN
Nota final: “Hacia la leyenda de los gorriones”.
A muchos de vosotros, queridos lectores y lectoras, os habrá sorprendido que el final de este poemario haga una reflexión acerca de Dios. Sí, muchos de vosotros ya me habréis rechazado pues no sois creyentes, pero os he de confesar que yo, al menos en lineas generales, tampoco lo soy... Mi pensamiento es bastante agnóstico tirando a ateo ya que ninguno de los dioses existentes me convence y menos aún las religiones (al menos las mayoritarias).
Para mí las religiones son una de las mayores lacras de la humanidad, son entes que destruyen los espíritus (sea lo que sea eso) de las personas y lo sé porque lo he visto reflejado en una de mis amistades. Por eso no soy partidario de las religiones.
Pero lo curioso es lo que me sucede a mí: desde esa primera voz en mi cabeza que me hacía jurar no traicionar a Dios, mi encontronazo “mental” con un ejercito invisible fuertemente organizado y también jerarquizado como son los “jachisinos” (sus rangos iban desde el simple “Capellán” hasta el poderoso “Omega Dey”) que por cierto al menos en lo que yo conocí eran republicanos, hasta encuentros con espíritus e incluso con extraterrestres... Podéis tomároslo como queráis, podéis tacharme de simple esquizofrénico o incluso de reaccionario, para mí eso no me importa.
A mí lo que me importa es que (si no habéis llegado ya) lleguéis a no dar nada por sentado, a que os cuestionéis constantemente cada cosa que os pase en la vida y cada principio, dogma o idea que se os pase por la cabeza y que lleguéis a tener un buen talante crítico; pues, pienso yo, que con la simple aceptación de lo que tenéis delante nunca podremos conseguir la libertad.
Otra cosa que quería consensuar con vosotras y vosotros es el tema de como estoy convencido de que, al menos, muchos de los problemas que se achacan hoy al individuo, en realidad, son problemas colectivos, y de una forma colectiva han de ser tratados. Por eso mi invitación está en el revivir el llamado “mundo mágico” considerando este mundo como un poso de saber colectivo que la Ilustración y, precisamente, la religión católica se encargaron de eliminar.
Para mí es obvio que existen multitud de misterios a nuestro alrededor que, al menos de momento, no podemos resolver, empezando por el qué es la vida y toda la metafísica habida y por haber, y ahí es donde para mí entra la experiencia subjetiva, es donde entran los cuentos, las leyendas, la poesía, y es ahí donde entra el imaginario común, que es el que debemos alimentar. Yo estoy de acuerdo con Bécquer: “mientras haya misterios sin resolver, habrá poesía”.
Al final espero que este poemario y estas lineas os hayan hecho reflexionar, ser más críticos con lo que tenéis a vuestro alrededor e incluso, si es posible, ser más sabios. Para mí sería todo un logro que todo mi “cacao mental” hubiese servido para algo. Desde aquí sólo me queda deciros una cosa: ¡salud y anarquía!
-Richie punk-

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Posted: 15 Apr 2020 09:43 AM PDT
Décima séptima entrega de la serie distópica de Alejandro Gaita 'Las tres revoluciones que viví', publicada originalmente en lamarea.com
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***
Valencia, verano de 2078

Novedades. Rosario me visitó, pasó el fin de semana con Vicenta y conmigo y estuvimos echando una platicada sobre la que está liando. Es todo muy ilusionante, supongo, y pese a lo dura que es la clandestinidad está claro que elle es feliz así, no hacía más que sonreir y dar brincos. ¡Agua de Valencia para todes! Estuvo bien, pero no es un piso para vivir tres. En realidad, no es ni un piso para vivir dos. Vicenta se pasó a dormir a mi sofá y nos dejó su cama individual para que la compartiéramos Rosario y yo.
Me quedé bastante preocupada por la seguridad de Rosario. Ahorita que elle ya se fue, voy a vomitarlo todo en el papel, a ver si consigo que no se me agrave lo de arañarme, que llevo las pantorrillas en carne viva. Algunas manchas de sangre de los calcetines creo que ya no salen.
Según nos contó Rosario, últimamente está tomando parte en la preparación de la revolución noviolenta en Valencia, en lo que ella llama los tres pilares, es decir tejer redes solidarias, construir consenso y alterar la relación de fuerzas. Todo partiendo de la tradición de la cultura local, claro. Se parece al trabajo que hago yo con Vicenta y nuestras compañeras, todo ese revivir poco a poco la herencia de las Kellys, pero va bastante más allá. Está ayudando a montar algo a mitad camino entre las asociaciones de vecinos y las plataformas de afectados por las hipotecas. Tomando ideas del 15M, de la plataforma de cooperativas del Parke Alkosa, del palo noviolento a los bancos que dió Enric Duran. Es muy alejado de lo que conocemos en nuestra tierra, pero la única forma eficaz de facilitar la organización es que la semilla de la revolución crezca en el sustrato que existe aquí y ahora.
Nos explicó la construcción de estructuras libres, para ganar espacios y para aprender y experimentar con los principios teóricos en la práctica. Nos platicó sobre ofrecer una alternativa tras el colapso del régimen actual, lo que implica la educación popular en asamblearismo eficaz, en la gestión de conflictos, en la toma de decisiones, en la responsabilidad para llevar a cabo todo lo que es necesario cuando deja de ser obligatorio. Y nos relató, para alarma de Vicenta, la historia de las clínicas abortistas clandestinas que está ayudando a poner en marcha en Valencia, en Madrid y en Barcelona. Hace falta mucha teoría pero sobre todo muchísima praxis, la faena que hay por delante es increíble. Nos platicó de un pulso al poder, para facilitar el colapso ordenado de la jerarquía. Teoría y práctica de un sindicalismo noviolento, con bloqueos, barricadas y sentadas, y también educar a las fuerzas represivas en el absentismo y la deserción. Está pensando en imitar al movimiento educador «Luz al soldado», la asociación y la publicación homónimas en la Argentina de principios del XX. 
Todo lo que intenta poner en marcha son piezas complementarias entre sí e inútiles por separado. ¿De qué vale la construcción de consenso de que «queremos algo distinto y no tenemos miedo»? Por sí sola, de nada. Para quejarse en el bar. Pero es un componente imprescindible para que, cuando todo lo demás esté en su sitio, sea verdaderamente posible una revolución. Rosario sospecha que, el año en el que la sociedad esté lista, a Valencia la revolución llegará en Fallas.
Quizá lo más difícil es lo de la relación de fuerzas. Lo del «empoderamiento» fue muy popular aquí antes de la llegada del fascismo, así que Rosario se apoya en ese término, pero la realidad es que en su día no bastó. Es imprescindible una acumulación de una masa crítica de fuerzas económicas, intelectuales, físicas y de comunicación. Simbólicamente y prefigurativamente, queremos construir, no destruir, pero como mal necesario también se promueve el restar fuerza al adversario con no-colaboración, en todas sus formas, abiertas o clandestinas. Por lo que me cuenta Rosario, otro trabajo dificil es precisamente el llevar a buen término el debate entre la noviolencia propiamente dicha y lo que se puede llamar «violencia incruenta».
Le conté también mis progresos, mi infiltración como limpiadora en el centro de investigación. Todo el año que pasa en una serie interminable de «gracias señor», de «disculpe», de «con permiso», de sonreir a cerdos asquerosos y de limpiar suelos meados. Y la esperada sustitución de agosto, cuando me cambian de ritmo, veo laboratorios que normalmente no me tocan, y tengo la oportunidad de expropiar algo de material.
Rosario y yo quedamos en que elle le dedicará un par de años más a esto y luego nos vamos juntes al Norte, porque mi proyecto no puede esperar más. Vicenta dice que nos admira y que hagamos lo que queramos pero que ella se queda aquí, que no quiere líos.
Alejandro Gaita
Investigador en magnetismo molecular y computación cuántica. Sobre ciencia, racionalidad, mundo académico y temas sociales

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