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miércoles, 11 de mayo de 2022

Tinkunaco 0394/22 - Re: Boletín diario del Portal Libertario OACA

 


Boletín diario del Portal Libertario OACA

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  • Horizontalismo: Anarquismo, Poder y Estado
  • Entrevista a Radio Tirso Libertaria
  • La fuga del fuerte de San Cristóbal de Iruñea en 1938: La huida carcelaria más grande de la historia europea
  • En contra del 41 bis, solidaridad revolucionaria con el anarquista Alfredo Cospito
  • [Vídeo] Bakunin, Dios y la autoridad
  • El fútbol mierda y otras innovaciones deportivas
  • Agustín Guillamón: “En mayo del 37 los trabajadores se encontraban luchando contra sus propios dirigentes”
  • Aprendiendo a convivir con las cicatrices
  • [14 mayo] Presentación de “La policía. Un análisis crítico” en CNT-AIT Toledo

Horizontalismo: Anarquismo, Poder y Estado

Posted: 10 May 2022 12:10 PM PDT

Traducción al castellano del artículo de Mark Bray Horizontalism, del libro "ANARCHISM. A Conceptual Approach", publicado por la editorial Routledge en 2018. Bray es autor de Antifa: The Anti-Fascist Handbook y Translating Anarchy: The Anarchism of Occupy Wall Street, además de miembro de la Federación Anarquista Black Rose/Rosa Negra.
En este artículo, el autor analiza la horizontalidad, su aplicación en movimientos sociales y el anarquismo.
Traducción originalmente publicada en: http://cnt-sindikatua.org/es/noticias/horizontalismo

Las décadas que han seguido a la caída del Muro de Berlín en 1989 han sido testigos de un resurgimiento histórico de la política directamente democrática y federalista entre los movimientos sociales globales a una escala inédita desde las primeras décadas del siglo XX. Desde los zapatistas y los magonistas del sur de México hasta el movimiento global por la justicia, pasando por los movimientos de plazas de la Plaza Tahrir, el 15M, Occupy, el Parque Gezi y muchos más en todo el mundo, hasta Black Lives Matter, podemos ver el poderoso impacto del estilo de organización sin dirigentes (o con liderazgo) [2], autónomo y orientado a la acción directa que ha caracterizado la resistencia desde abajo durante esta época. Algunos de los grupos e individuos que componen estos movimientos estaban directa o indirectamente influenciados por el legado antiautoritario del anarquismo, cuya popularidad internacional ha aumentado en las últimas décadas junto con un mayor interés en la política federalista y anticapitalista. Sin embargo, muchos más llegaron a rechazar la política jerárquica de partidos del comunismo autoritario, no como resultado de una influencia ideológica explícita, sino más bien porque las ocupaciones, las asambleas populares y la toma de decisiones por consenso se consideraban las formas de lucha más apropiadas desde el punto de vista ético y estratégico, dadas las condiciones existentes. Tal fue el caso de la mayoría de los argentinos que se levantaron para ocupar sus lugares de trabajo y organizar asambleas vecinales a raíz de la crisis financiera de 2001. De esta rebelión popular contra el neoliberalismo surgió el término «horizontalidad». Aunque este resbaladizo término ha significado cosas ligeramente diferentes para personas muy distintas, generalmente connota una forma de construcción de movimientos «sin líderes», autónomos y directamente democráticos, cuyos adherentes lo consideran no ideológico. Desde el levantamiento argentino, el término «horizontalismo» se ha establecido como la etiqueta general para esta forma amorfa de organización directamente democrática que se ha extendido por todo el mundo.

Ciertamente, el horizontalismo y el anarquismo coinciden en su defensa de la organización federal, directamente democrática, orientada a la acción directa y autónoma. Mucho antes del colapso del bloque soviético, los anarquistas se oponían a los efectos intrínsecamente nocivos de la jerarquía y el liderazgo autoritario, al tiempo que construían modelos federales a gran escala de autogestión de los trabajadores en forma de sindicatos anarcosindicalistas con cientos de miles de miembros, o incluso más de un millón en el caso de la CNT española en la década de 1930. En algunos casos, como el de la CGT francesa a principios del siglo XX, los sindicalistas anarquistas incluso respaldaron la creación de sindicatos revolucionarios no sectarios que pudieran agrupar a la clase obrera más allá de las divisiones políticas (Maitron 1992, 326; Maura, 1975, 495). No es de extrañar que muchos anarquistas se hayan unido a los movimientos de masas horizontalistas de las últimas décadas para salvaguardar y promover sus tendencias antiautoritarias. La intensa proximidad que existe entre estas dos corrientes plantea algunas cuestiones importantes: ¿es el horizontalismo simplemente un nuevo nombre para el anarquismo? ¿Son básicamente la misma idea enmascarada detrás de historias diferentes? Dado un nivel tan alto de solapamiento, ¿estamos simplemente discutiendo sobre la semántica si insistimos en una distinción entre los dos?

Para responder a esta pregunta, estableceré una distinción entre «horizontalismo», que utilizo como término históricamente específico para delimitar la ola de movilización popular directamente democrática que ha surgido en las últimas décadas, y «horizontal», que utilizo como descriptor analítico para describir cualquier forma de actividad no jerárquica, independientemente del contexto. Una vez trazada esta distinción, es evidente que aunque el anarquismo es inherentemente horizontal, el horizontalismo histórico de los últimos años es una entidad fluida que ocasionalmente promueve valores e ideas que están en desacuerdo con el anarquismo como resultado de su ideología minimalista y «anti-ideológica». Aunque algunos anarquistas y otros han caracterizado al anarquismo como «anti-ideológico» también, la historia del movimiento muestra que la mayoría de sus militantes y teóricos lo han visto como una doctrina sólida, aunque flexible, anclada en un conjunto de principios anti-autoritarios. Esto contrasta fuertemente con la tendencia posmoderna predominante de los defensores del horizontalismo, que lo ven como un conjunto maleable de prácticas desconectadas de cualquier centro político específico. Este enfoque «anti-ideológico» en la forma sobre el contenido, es decir, su énfasis en cómo se toman las decisiones sobre lo que se decide, ha creado tensiones significativas en el contexto del horizontalismo popular más o menos espontáneo para los anarquistas que apoyan la organización de masas y esperan las aperturas políticas proporcionadas por tales movimientos. Dado que el horizontalismo intenta divorciarse de la ideología, sus estructuras y prácticas son susceptibles de resignificarse en direcciones decididamente no horizontales, como la participación en el gobierno representativo.

Es importante aclarar que esta crítica a la «antiideología» del horizontalismo se aplica a los movimientos populares esencialmente espontáneos en los que miles de personas al azar participan de repente en la democracia directa entre sí por primera vez, y no a ejemplos como el de los zapatistas del sur de México, cuyas prácticas horizontales se desarrollaron lentamente a lo largo de generaciones y estaban inextricablemente vinculadas a valores ampliamente compartidos. Cuando las asambleas surgen sin la oportunidad de un crecimiento y un desarrollo tan constantes, su falta de ideología formal reduce en gran medida las barreras de entrada para una masa de personas disgregadas y desfavorecidas, aunque también hace que el contenido y la trayectoria del movimiento sean caprichosos. La suposición horizontalista implícita de que los mecanismos horizontales de toma de decisiones son suficientes para obtener resultados igualitarios contrasta fuertemente con el compromiso anarquista declarado con las prácticas horizontales y los resultados antiopresivos. Esto demuestra que, aunque el anarquismo es horizontal (en el sentido analítico y no histórico del término), y el horizontalismo es anarquista (lo que significa que tiene muchos de los rasgos del anarquismo), el horizontalismo y el anarquismo no son idénticos.

Horizontalismo

A finales de 2001, estalló una rebelión espontánea en Argentina cuando el gobierno decidió congelar las cuentas bancarias para evitar una creciente crisis financiera provocada por las privatizaciones y las medidas de austeridad impuestas por el FMI en la década de 1990. En menos de dos semanas, las movilizaciones populares derrocaron a cuatro gobiernos. En contra de las maquinaciones jerárquicas de la élite política, los movimientos sociales organizaron asambleas vecinales democráticas y ocupaciones de lugares de trabajo en torno a principios que se encapsulaban cada vez más en el concepto de horizontalidad. Los lugares de trabajo ocupados forjaron redes de ayuda mutua y asambleas formadas localmente antes de establecer organismos interbarriales de democracia directa guiados tanto por el sentimiento como por la práctica de la toma de decisiones por consenso. Este levantamiento fue eminentemente pre figurativo, ya que trató de encarnar la sociedad que deseaba en sus prácticas cotidianas. Como sostiene Marina Sitrin (2006, 4) en su obra Horizontalismo: Voces del Poder en Argentina, el horizontalismo «es deseado y es una meta, pero también es el medio -la herramienta- para lograr ese fin». Para muchos, era «más que una forma organizativa», era «una cultura» que promovía nuevas relaciones affectivas y la solidaridad comunitaria (Sitrin 2006, 49). Esta cultura de apertura y rechazo del dogma podría incluso afectar a la consolidación del horizontalismo como entidad fija, ya que, como argumentó el Colectivo Situaciones de Argentina, «la horizontalidad no debe pensarse como un nuevo modelo, sino que la horizontalidad implica que no hay modelos…. La horizontalidad es la normalización de la multiplicidad… El riesgo es que la horizontalidad pueda silenciarnos, detener nuestras preguntas y convertirse en una ideología» (Sitrin 2006, 55).

Los relatos que Sitrin recogió de los participantes directos en el levantamiento argentino demuestran que, para muchos, el horizontalismo era tal vez una ideología antiideológica compuesta por una mezcla fluida de valores y prácticas flexibles, participativas y no dogmáticas orientadas al consenso, el federalismo y la autogestión. Sin embargo, estas actitudes y perspectivas surgieron en una serie de grupos y movimientos differentes mucho antes de que se asociaran con el término «horizontalismo». En Unruly Equality: U. S. Anarchism in the 20th Century, Andrew Cornell (2016) demuestra cómo los remanentes diffsos del anarquismo de principios del siglo XX que se inclinaban cada vez más hacia el pacifismo y la vanguardia en las décadas de 1940 y 1950 proporcionaron teorías, valores, tácticas y formas de organización, que los activistas de los movimientos antiguerra, contraculturales y feministas adoptaron [en las décadas siguientes]; a su vez, estos movimientos de masas radicalizaron a cientos de miles de personas, una parte de las cuales adoptó el anarquismo como perspectiva ideológica. (245)

La destrucción del movimiento anarquista estadounidense a mediados de siglo y la polarización de la Guerra Fría llevaron a muchos anarquistas estadounidenses a experimentar con nuevas tácticas y estrategias. Esto incluyó el consenso, que fue utilizado por primera vez por los anarquistas estadounidenses en la organización radical antibélica Peacemakers a finales de la década de 1940 (Cornell 2016, 180-181). Más de una década después, el consenso fue introducido en la organización de derechos civiles Student Nonviolent Coordinating Committee (SNCC) por el organizador de Peacemakers James Lawson (Cornell 2016, 229; Carmichael 2003, 300). Esta influencia se extendió a través de Estudiantes por una Sociedad Democrática (SDS) y otros grupos en las décadas de 1970 y 1980, donde la Alianza Clamshell de New Hampshire fue pionera en el uso de consejos de portavoces y grupos de affinidad en el movimiento antinuclear, los círculos de concienciación feminista experimentaron con la organización no jerárquica, y el Movimiento por una Nueva Sociedad (MNS) incorporó métodos de consenso cuáqueros (Farrell 1997, 241; Anarco-Feminismo 1977; Cornell 2011). Durante las mismas décadas, tendencias similares estaban en juego en Europa con elementos de los movimientos feminista, antinuclear y autónomo (Katsiaficas 1997). La tradición que forjaron estos grupos fue adoptada por grupos posteriores como el grupo de acción directa contra el sida ACT UP, el ecologista radical Earth First!, Food Not Bombs, y otros que alimentaron el movimiento de justicia global a principios del siglo XXI (Gould 2009; Wall 2002; McHenry 2012). Los movimientos de plazas de la Primavera Árabe, el 15M, Occupy, Gezi Park, Nuit Debout y otros fueron en parte un reinicio de las asambleas, los consejos de portavoces, los grupos comunitarios y las acciones directas del movimiento de justicia global orientadas en torno a un espacio geográfico específico en forma de plaza. Otros se han visto influenciados por el concepto de organización rizomática planteado por Gilles Deleuze y Félix Guattari (1987; Chalcraft 2012; Anderson 2013). Aunque las prácticas específicas de estos grupos y movimientos varían, su inversión en la deliberación, la creación de consenso, la participación individual, la diversidad, las nuevas tecnologías y el compromiso creativo constituyen un contrapunto consciente a los modelos doctrinarios y jerárquicos de movilización, los sectarismos políticos y religiosos, los debates polarizantes sobre la identidad nacional e incluso las formas representativas de la democracia. (Anderson 2013, 154)

La oposición horizontalista a la democracia representativa suele presentarse en forma de toma de decisiones por consenso. En lugar de formular una propuesta y preocuparse simplemente por acumular suficientes votos para sacarla adelante, el consenso requiere que los participantes se tomen en serio las preocupaciones de la minoría y adapten las propuestas a sus puntos de vista. La idea no es que todo el mundo tenga que estar de acuerdo en todo momento (el hombre de paja del consenso), sino que la mayoría se ve obligada a hacer concesiones a la minoría y, para que el grupo funcione, la minoría debe acostumbrarse a tolerar decisiones que no le parezcan ideales. El consenso trata de promover no sólo la práctica formal de asegurar que las propuestas satisfagan a la minoría, sino, más profundamente, un sentido de unidad dentro del grupo y una cultura de la atención que puede ser fácilmente pisoteada en la búsqueda de una mayoría de votos. Esta forma de tomar decisiones funciona mejor cuando todos los miembros de un grupo tienen un sentido compartido de los objetivos. Cuando no es así, el proceso se paraliza. Por ejemplo, Occupy Wall Street puso en práctica un consenso modificado, que sólo requería el 90% en lugar del 100% de acuerdo, para dar un poco de margen de maniobra en esas ocasiones. Sin embargo, cuando los miembros de un organismo trabajan con propósitos opuestos, solo hace falta un 11% para bloquear los objetivos del otro 89%. Occupy Wall Street y muchos de los otros movimientos de las plazas se encontraron con estos problemas al incorporar espontáneamente a miles de individuos al azar a sus órganos de decisión. Incluso cuando el consenso es practicado por un grupo cohesionado con un propósito compartido, conlleva un sesgo inherente hacia el statu quo al hacer más difficultad para aprobar una propuesta o resolución. Como señaló George Lakey, de Movement for a New Society, «el consenso puede ser una influencia conservadora, que stifluye las perspectivas de cambio organizativo» (Cornell 2011, 47). Está claro que el consenso conlleva una serie de escollos, pero también lo hace la votación por mayoría. En última instancia, es muy difícil navegar por el conflicto, por lo que los anarquistas ponen tanto énfasis en la asociación voluntaria (y, por tanto, en la disociación voluntaria). A veces la única solución es que dos grupos tomen caminos distintos en lugar de obligarlos a coexistir.

Muchos de los defensores más enérgicos del horizontalismo lo ven como medios y fines envueltos en un conjunto unificado de prácticas y valores. Desde esta perspectiva, los valores informan de las prácticas, que cambian según las circunstancias. A su vez, la hostilidad horizontalista hacia el «dogma» permite que los valores se ajusten a las necesidades de la gente a medida que los contextos del movimiento cambian. El enfoque «no ideológico» y «apolítico» del horizontalismo en la forma, la práctica y la resolución de problemas inmediatos por encima de los conflictos «sectarios» a gran escala ha dotado a esta tendencia históricamente específica de una portabilidad y adaptabilidad que le ha permitido prosperar en contextos tan diferentes como la Grecia rural y el bajo Manhattan, Estambul y Hong Kong. Como es lógico, las políticas que sustentan el horizontalismo han variado drásticamente. Esto no es problemático si uno no tiene un objetivo predeterminado; si uno se adhiere a la noción liberal a la que me he referido en otro lugar como «neutralidad de resultados» (Bray 2014). Sin embargo, el anarquismo siempre ha sido mucho más que la democracia directa; es una ideología socialista revolucionaria basada en la política antidominación, así como en la práctica no jerárquica.

Anarquismo y Horizontalismo

Las respuestas anarquistas al crecimiento del horizontalismo popular han oscilado entre la euforia y la repugnancia, con muchas respuestas intermedias. Los más entusiastas han visto los movimientos horizontalistas como oportunidades para la promoción masiva de la política no jerárquica, mientras que los críticos los han visto como traiciones a los principios verdaderamente horizontales, especialmente cuando se han aventurado en el electoralismo. Hay una serie de respuestas anarquistas al horizontalismo, como demostrarán los siguientes ejemplos de España, Estados Unidos y Turquía.

El federalismo compartido [3] del anarquismo y el horizontalismo puede remontarse al siglo XVIII. Aunque también se puede remontar más atrás, en términos de la historia del socialismo tiene sentido empezar con la influencia de la dictatorial «república de la virtud» jacobina durante la Revolución Francesa, que fue pionera en elementos de planificación central y en el reclutamiento moderno. En las décadas siguientes, el movimiento republicano europeo se dividió entre los jacobinos y sus simpatizantes, que anhelaban un renovado «reino del terror», y los republicanos federales, que se horrorizaban de las sangrientas consecuencias de la autoridad centralizada, incluso en manos de los republicanos, y abogaban en cambio por la autonomía local y regional. No es de extrañar que muchos de los primeros discípulos de las obras antiautoritarias de Proudhon y Bakunin comenzaran su vida política como republicanos federales, mientras que muchos marxistas han aclamado la dictadura jacobina como un anticipo de su deseada dictadura del proletariado (Zimmer 2015, 73; Esenwein 1989, 16-17; Maura 1975, 68; Toledo y Biondi 2010, 365; Lenin 1975; Mayer 1999).

Los anarquistas avanzaron en la oposición republicana federal a la centralización mediante la formulación de una crítica al Estado, ya sea federal o centralizado, y el desarrollo de modos de lucha y métodos de autoorganización que reflejaban el mundo que pretendían crear. La mayoría de los marxistas rechazan la noción de que cualquier cosa que se aproxime al comunismo pueda promulgarse en una sociedad capitalista y, por lo tanto, concluyen que la forma que adopta una organización o un partido sólo tiene un valor instrumental. Para los marxistas-leninistas, por ejemplo, esto equivale esencialmente a la posición de que es aceptable que un partido de vanguardia actúe en el mejor interés del proletariado -actuar como el proletariado supuestamente actuaría si ya hubiera alcanzado la plena conciencia de clase- siempre y cuando se logre finalmente el mismo resultado final del comunismo (aunque, por supuesto, nunca lo fue). Para la mayoría de los anarquistas, sin embargo, la sociedad del futuro inevitablemente reflectará los valores, principios y prácticas que se utilizaron para crearla.

Para entender cómo los anarquistas han intentado llevar esta idea a la práctica pre figurativa, es importante distinguir entre lo que David Graeber (2002) y otros han llegado a denominar anarquismo de “A mayúscula » y “a minúscula». Aunque la brecha que separa ambas tendencias suele exagerarse, la distinción puede ayudarnos a identificar la conexión entre el consenso y la toma de decisiones por parte de la mayoría y las áreas de solapamiento que existen entre el anarquismo y el horizontalismo. Los anarquistas a los que Graeber se refirió como anarquistas «capital-A» están mucho más influenciados por el legado del anarquismo «clásico» (desde aproximadamente la década de 1860 hasta 1940). Tienden a centrarse en la construcción de grandes organizaciones federales, como los sindicatos anarcosindicalistas o las federaciones comunistas anarquistas, que funcionan por mayoría con un fuerte enfoque en la lucha de clases y la resistencia de masas. Históricamente, tales organizaciones han operado federando sindicatos locales o grupos políticos en organismos regionales, nacionales e incluso internacionales que operan por mayoría de votos llevados a cabo por delegados con mandato revocable. A diferencia de la democracia parlamentaria, en la que los representantes elegidos deciden en nombre de sus electores, los delegados anarquistas sólo están facultados para expresar la perspectiva de su sindicato o localidad. El poder legislativo se mantiene en el nivel de base, permitiendo al mismo tiempo que la autogestión colectiva se amplíe. Esto no significa que tales sistemas se vuelvan jerárquicos, sino que permiten que los órganos de decisión de base local se coordinen en grandes regiones. Últimamente el consenso se ha vuelto tan omnipresente en ciertos círculos horizontalistas/anarquistas que algunos no se dan cuenta de que la mayoría de los anarquistas a lo largo de la historia han aplicado el voto mayoritario.

Los anarquistas a los que Graeber se refirió como anarquistas de “a minúscula» tienden a crear grupos y colectivos más pequeños y menos estructurados formalmente que operan por consenso, se asocian con medios más contraculturales y se centran en políticas no clasistas como el ecologismo o el feminismo. Los colectivos anarquistas «small-a» son esencialmente ejemplos de horizontalismo a pequeña escala infundido con políticas anarquistas. Esto no es sorprendente teniendo en cuenta el hecho de que el horizontalismo y el anarquismo de “a minúscula» surgieron de la misma constelación de grupos no jerárquicos y orientados al consenso de la que hablamos anteriormente, y los anarquistas de “a minúscula» estuvieron entre los organizadores originales de muchas manifestaciones recientes del horizontalismo popular. Esto demuestra que, hasta cierto punto, el horizontalismo surgió de ciertas corrientes del anarquismo. Sin embargo, se separan cuando la práctica horizontal se separa de la política antiautoritaria. Ciertamente, algunos anarquistas acabaron renegando de los movimientos horizontalistas que ayudaron a crear porque supuestamente se desviaron demasiado en una dirección popular y/o reformista, alejándose de los diseños más intencionados y explícitamente radicales que algunos de sus primeros organizadores habían previsto. Sin embargo, los anarquistas pro-movimiento de masas (ya sea de una orientación «más pequeña» o no) han seguido desempeñando papeles importantes en los movimientos horizontalistas porque los ven como oportunidades para promover elementos de la política anarquista a gran escala.

Ciertamente, yo fui uno de los que se unió a Occupy Wall Street para hacer avanzar la agenda no jerárquica del movimiento e infundirle un contenido más anarquista, manteniendo al mismo tiempo su atractivo popular. He defendido este enfoque en mi libro Translating Anarchy: The Anarchism of Occupy Wall Street, donde documenté cómo el 72% de los organizadores de OWS en la ciudad de Nueva York tenían una política explícitamente anarquista o implícitamente anarquista (Bray 2013). Para estos organizadores anarquistas/anarquizantes, y sus homólogos en otros movimientos, el movimiento horizontalista es un espacio amplio y dinámico donde las luchas populares pueden interactuar con la política revolucionaria, idealmente cambiando a través de esa mezcla. Estas luchas son oportunidades para que los anarquistas reclamen el manto de la democracia y ataquen lo que consideran un fraude del gobierno jerárquico, capitalista y representativo. En los Estados Unidos, por ejemplo, los anarquistas han tenido algunos de sus mayores éxitos ganando liberales y centristas a sus ideas argumentando que la democracia directa no jerárquica es la única democracia verdadera. En un país en el que el ideal, si no la práctica real, de la democracia es universalmente venerado, tales argumentos pueden tocar la fibra sensible del público.

Sin embargo, no todos los anarquistas se han enamorado por igual de los movimientos de las plazas. Algunos anarquistas rechazaron Occupy porque su campamento local era realmente reformista (la política de los muchos campamentos Occupy variaba mucho) o porque eran hostiles a la política popular que no era explícitamente anarquista (Bray 2013, 168). En España, por ejemplo, muchos anarquistas apoyaron y participaron en su movimiento 15M por razones similares a las de los anarquistas de Occupy, pero un número significativo retuvo su pleno apoyo porque consideraba que el movimiento era reformista (Taibo 2011; 2014). Incluso cuando algunos de los sindicatos anarquistas querían apoyar una marcha del 15M, por ejemplo, se vieron frustrados por la negativa del movimiento a que los sindicatos y los partidos marcharan con sus banderas, lo que se derivaba del deseo del 15M de permanecer «no sectario».

Otro elemento interesante de la relación entre el 15M y los anarquistas españoles es que generalmente no intentan reclamar el manto de la «democracia» a los partidos políticos y al gobierno. Por ejemplo, un cántico popular del 15M dice «Lo llaman democracia, y no lo es». Una vez, sin embargo, marchaba cerca de un grupo de anarquistas que sarcásticamente coreaban «¡Lo llaman democracia, y lo es!». En este caso, la intención del cántico es convencer a los oyentes de que la corrupción y el desprecio por las masas que caracterizan al gobierno son inherentes a su propia naturaleza. Desde una perspectiva anarquista, eso es lo que la «democracia» gubernamental es y siempre será. En parte, esto se debe a la asociación popular entre el régimen parlamentario post-franquista y el término «democracia». Para muchos españoles, el gobierno que ha estado en el poder desde la década de 1970 es «la democracia» y, por lo tanto, el término tiene un significado más específico que en Estados Unidos, donde se entiende más como un método de toma de decisiones igualitario que el gobierno supuestamente encarna.

En 2013, los Grupos Anarquistas Coordinados españoles publicaron un pequeño libro titulado Contra la democracia. Este libro creó un gran revuelo en España en diciembre de 2014 cuando se citó como prueba para apoyar la detención en Cataluña y Madrid de once personas de España, Italia, Uruguay y Austria acusadas de ser miembros de lo que el Estado afirmaba que era «una organización terrorista de carácter anarquista» responsable de «varios atentados con bomba» («Policía catalana» 2014). En lo que se conoció como Operación Pandora, siete de los once originales fueron detenidos por cargos de terrorismo porque tenían cuentas de correo electrónico de «Riseup», poseían ejemplares de Contra la democracia y se les encontró una bombona de camping gas. Posteriormente, el anarquista chileno Francisco Javier Solar, que finalmente fue condenado junto a su compatriota Mónica Caballero por el atentado contra la Basílica del Pilar de Zaragoza en 2013, negó las acusaciones de ser uno de los principales autores del texto (Pérez 2016).

Dada la importancia que las autoridades otorgan a este texto, uno podría suponer que se trata de un sanguinario manual de fabricación de bombas, pero en realidad es simplemente un análisis histórico y una crítica de la democracia. La introducción del libro concluye argumentando que «Si creemos que la democracia es libertad, nunca dejaremos de ser esclavos. Desenmascararemos esta gran mentira. Construiremos la anarquía» (Grupos Anarquistas Coordinados 2013, 8). Más adelante, en su única referencia al 15M, el texto ataca al movimiento, porque «pide reformas electorales que beneficien a los pequeños partidos políticos… propaga el ciudadanismo como ideología; una ‘democratización’ de la policía… [y] la pacificación total de los conflictos a través de la mediación y la delegación por parte de un cuerpo de profesionales de los servicios sociales» (Grupos Anarquistas Coordinados 2013, 68). Sin embargo, a pesar de estas críticas a la «democracia» y al 15M, los autores de este texto no están en contra de toda organización directamente democrática. Defienden la creación de redes de centros sociales, escuelas libres y otros organismos «para construir una nueva sociedad capaz de autogestionarse libremente (el único sentido real que podría tener el término ‘democracia’)…» (Grupos Anarquistas Coordinados 2013, 66). Eso, por supuesto, es exactamente lo que tienen en mente los anarquistas que piden una verdadera democracia directa. Contra la democracia nos muestra que, aunque muchos anarquistas en España y en otros lugares pueden tener una visión muy similar de la futura autogestión de una sociedad post-capitalista, algunos encuentran estratégicamente útil luchar para reclamar la «democracia», mientras que otros buscan descartarla definitivamente.

Gran parte de la reticencia que los anarquistas han tenido a la hora de involucrarse en el 15M español y en otros movimientos ha tenido que ver con la tendencia predominante de los movimientos de masas horizontalistas a ser desviados hacia una política electoral no horizontal. El atractivo del gobierno representativo es tan poderoso que, aunque al principio los movimientos pueden proclamar «¡Que se vayan todos!» en Argentina o «¡Que no nos representan!» en España, con frecuencia estos gritos se transforman en llamamientos para que el horizontalismo se convierta en office a través de las urnas. A menudo, estos argumentos se formulan en términos de la perspectiva de que, tras la ola inicial de protestas que ha sensibilizado sobre un tema, lo que se necesita es la transición hacia el «trabajo serio de hacer un cambio concreto» a través del gobierno. En España, el partido más significativo que surgió del 15M fue Podemos, que ha formado coaliciones electorales con otros partidos y plataformas similares como Barcelona en Comú y Ganemos Madrid, que reclama el fomento del «municipalismo democrático» y la creación de estructuras políticas «democráticas, horizontales, inclusivas y participativas…» (Ganemos Madrid 2016). Su retórica está plagada de referencias horizontalistas a la «autonomía» y la «autogestión». En esencia, pretenden fusionar el espíritu y los ideales de la asamblea horizontalista con la lamentable «necesidad» de tomar office. Además, abrazan plenamente el antagonismo del horizontalismo hacia la ideología formal, rechazando el binario izquierda/derecha y evitando los adornos habituales del izquierdismo. Sin embargo, en el plazo de un año, Podemos ya había moderado drásticamente su plataforma para atender al centro electoral, alienando así a varios de los líderes más izquierdistas del partido, que posteriormente dimitieron («Spain’s Poll-Topping» 2014; Hedgecoe 2016). Tras las elecciones de junio de 2016, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, anunció que había llegado el momento de que su partido horizontalista poco convencional se «normalizara» y entrara en una fase «de política mucho más convencional». Incluso llegó a sostener que «esa idiotez que decíamos cuando éramos de extrema izquierda de que las cosas cambian en la calle y no en las instituciones es una mentira» (Ríos 2016).

Los anarquistas turcos también formularon críticas al horizontalismo. Mientras se desarrollaba el movimiento de ocupación del Parque Gezi de 2013 en la plaza Taksim de Estambul, la organización anarquista turca Devrimci Anarsist Faaliyet (Acción Anarquista Revolucionaria, DAF) distribuyó cientos de copias de un panfleto que había escrito llamado «Una crítica anarquista a ‘Occupy’ como actividad del ‘99%'». El panfleto trataba de diagnosticar lo que el grupo percibía como el reformismo y la despolitización de Occupy. Argumentaba que las tácticas de Occupy han «llevado un discurso libertario pero [están] muy lejos de practicarlo…» y en su lugar el movimiento tendía, a sus ojos, «a consumir conceptos como ocupación, democracia directa, libertad, acción, etc.». Si bien el panfleto contiene muchas críticas perspicaces sobre Occupy, algunos elementos del análisis de los autores sufrieron de la extrema distancia que les separa de los acontecimientos sobre el terreno. En un encuentro con varios de los autores del panfleto, años más tarde, en la sede de la DAF en Estambul, tuve la oportunidad de responder a sus preguntas y aclarar algunas ideas erróneas que ellos y muchos otros habían desarrollado sobre Occupy Wall Street a través de la prensa y hablar sobre la centralidad de los organizadores anarquistas. Sin embargo, el núcleo de su crítica sobre la mala aplicación de los principios libertarios se aplicaba a muchos (si no a la mayoría) de los campamentos de Occupy y a los movimientos horizontalistas en general. A pesar de la presencia de DAF y de su panfleto, el movimiento de Gezi Park también experimentó escisiones electorales como el Partido Gezi. Tratando de mantenerse fiel al horizontalismo del movimiento, el partido afirmó que sus líderes solo actuarían como «portavoces» («Partido Official Gezi» 2013).

Una evolución similar se habría producido durante el movimiento Occupy en Estados Unidos si no fuera por la estrechez del sistema bipartidista. Sin embargo, varios años después, muchos antiguos ocupantes hicieron campaña por Bernie Sanders en su fallida candidatura a la presidencia del Partido Demócrata. Ciertamente, muchos de los que participaron en Occupy antes de apoyar a Sanders eran simplemente izquierdistas que viajan de una manifestación del populismo de izquierdas a la siguiente sin ninguna lealtad al horizontalismo (o a menudo sin conocimiento directo del mismo). Otros, sin embargo, intentaron argumentar que la campaña de Sanders era una extensión de Occupy. Esto se manifestó en un artículo titulado «Occupy the Party» del colectivo Not An Alternative que apelaba a los antiguos Occupiers a tratar la campaña «como cualquier calle o parque y ocuparla» (Not An Alternative 2016). En nombre del populismo pragmático, este artículo trató de despojar al término «Occupy» de sus asociaciones con la acción directa, la democracia directa, la «falta de liderazgo» y la política revolucionaria, para convencer a los lectores de que se puede utilizar como una abreviatura pegadiza para comprar el culto a la personalidad que se está desarrollando en torno a un socialdemócrata moderado que intenta introducirse en un partido político capitalista estratificado. Desde una perspectiva anarquista, los parques y las calles son terrenos de lucha que pueden ser ocupados porque la política de acción directa no jerárquica puede ser transplantada a ellos. Trabajar dentro de los partidos políticos, especialmente de aquellos como el Partido Demócrata, requiere desprenderse de esas prácticas e incorporarse a la estructura del partido. Como argumentó el organizador del Movimiento de Solidaridad de los Trabajadores Irlandeses Andrew Flood (2014) en su ensayo «Una crítica anarquista al horizontalismo», «el horizontalismo sin una visión y un método para la revolución simplemente proporciona forraje de protesta tras el cual se puede sustituir un gobierno por otro». De hecho, muchos organizadores antihorizontalistas, han estado perfectamente dispuestos a seguir las «peculiaridades» directamente democráticas de los movimientos horizontalistas mientras esperaban la oportunidad de convertir las revueltas populares en «carne de protesta» para los objetivos reformistas disfrazados de rebelión.

Conclusión

Los debates sobre la participación electoral dentro de los movimientos horizontalistas no son más que las últimas rondas de un conflicto que ha desafiado al movimiento socialista más amplio desde el siglo XIX. Aunque su posición cambió varias veces, desde que Proudhon abogó por la abstención electoral en 1857 en respuesta al autoritarismo de Napoleón III, los conflictos sobre el electoralismo han hecho estragos (Graham 2015, 62). Históricamente, los anarquistas se han opuesto a la participación parlamentaria por una variedad de razones, incluyendo su oposición a la naturaleza jerárquica de la representación, su rechazo a la noción socialdemócrata de que es posible votar en contra del capitalismo (un objetivo que los socialdemócratas finalmente descartaron), y su argumento de que, como Mijaíl Bakunin lo expresó, «los diputados-obreros, trasplantados a un entorno burgués … de hecho, dejarán de ser trabajadores y, al convertirse en hombres de Estado, se convertirán… quizá incluso en más burgueses que los propios burgueses» (citado en Graham 2015, 116).

En 1979, un grupo de radicales alemanes trató de eludir la dicotomía de los partidos obreros socialistas y el abstencionismo anarquista para crear un «antipartido» no jerárquico que funcionara en base al consenso y rotara a sus representantes para preservar su compromiso con la democracia directa. Este intento de introducir el horizontalismo en las urnas se denominó Partido Verde. A pesar de las mejores intenciones, los conflictos internos y las llamadas «realistas» al «pragmatismo» condenaron al partido una vez que entró en el parlamento. En menos de una década se había convertido simplemente en otro partido de izquierda (Katsiaficas 1997, 205-208).

Tras las luchas sectarias del siglo XX, muchos radicales han encontrado refugio en la ideología antiideológica del horizontalismo. Sin embargo, como podemos ver, a menudo es insuficiente para garantizar resultados verdaderamente horizontales y no jerárquicos. Incluso al margen del electoralismo, los movimientos horizontalistas han luchado a veces para contrarrestar la invasión de las tendencias patriarcales, homófobas, transfóbicas, supremacistas blancas y capacitadoras que inevitablemente aparecen cuando se reúnen repentinamente amplias franjas de la sociedad. Todavía puedo escuchar el estribillo común de muchos hombres blancos en Occupy Wall Street de que habíamos «perdido de vista a Wall Street» como nuestro foco principal cuando abordábamos la raza o el género. Los movimientos horizontalistas difundieron ampliamente las nociones de democracia directa, acción directa, ayuda mutua y autonomía. Esto es increíblemente importante en la medida en que influyen en culturas de resistencia más amplias y se extienden más allá del alcance estándar de la mayoría del radicalismo. Dado que las ideologías políticas sólo son digeridas en su totalidad por sus militantes más comprometidos, es esencial cambiar los sentimientos y las prácticas políticas en contextos de masas. Sin embargo, la dependencia horizontalista de la forma sobre el contenido corre el riesgo de producir un populismo confuso que se desvía fácilmente de sus orígenes no jerárquicos. Como sugiere el trabajo de Michael Freeden (1996), el significado del horizontalismo cambia dependiendo de su contenido político. Desde una perspectiva anarquista, esto ilustra el valor del análisis holístico del anarquismo sobre la interrelación de todas las formas de dominación y la interconexión de las formas de autogestión y sus resultados políticos. Aunque difieren en los detalles, los anarquistas, desde Mijaíl Bakunin hasta Errico Malatesta, desde Néstor Makhno hasta los creadores de la Federación Anarquista Ibérica (FAI) en España, han coincidido en la necesidad de que los anarquistas se comprometan colectivamente con los movimientos de masas para difundir sus visiones políticas verdaderamente horizontales.

Mark BrayFuente: http://cnt-sindikatua.org/es/noticias/horizontalismo

Notas

1. Me gustaría dar las gracias a Stephen Roblin, Deric Shannon, Miguel Pérez, Özgür Oktay y Yesenia Barragán por sus acertados comentarios y su útil información.

2. Al decir «sin líderes», Occupy y otros se referían realmente a la ausencia de liderazgo institucional, no a la ausencia de los que lideran. De ahí el cambio que algunos hicieron hacia el término «leaderful», que implicaba que en un movimiento horizontalista cualquiera podía convertirse en líder al involucrarse.

3. Utilizo los términos «federal» y «federalismo» para referirme a formas de organización ampliamente descentralizadas. Ciertamente, el uso anarquista de los términos «federación» o «confederación» para describir sus organizaciones, como la Fédération Anarchiste en Francia y Bélgica o la Confederación Nacional del Trabajo en España, implica un mayor nivel de descentralización que el estado federal defendido por los republicanos federalistas. Sin embargo, existe una tendencia compartida.

Referencias

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Entrevista a Radio Tirso Libertaria

Posted: 10 May 2022 12:01 PM PDT

Entrevista a los compañeros Mario Cortés (M) y Óscar Vallejo (O) de Radio Tirso Libertaria.

P: En primer lugar nos gustaría que nos contarais de qué se trata el proyecto de Radio Tirso Libertaria, de dónde surge y cuáles son sus principales objetivos.

M: El proyecto de Radio Tirso Libertaria es un proyecto antiguo de la Federación Local de CNT AIT en Tirso de Molina. Después de mucho tiempo un pequeño grupo de activistas, desde una asamblea, hemos tomado la responsabilidad de llevarlo adelante. Nuestro objetivo es crear un programa para la clase trabajadora, donde se puedan sentir representados. También seguir generando un discurso anarquista para crear una conciencia social de lucha y cambio. Vivimos nuestra utopía de sociedad libre e igualitaria; luchamos contra el capitalismo salvaje y contra la desigualdad y esperamos que difundiendo nuestro mensaje contribuyamos a un verdadero cambio de nuestra sociedad.

O: Buenas soy Óscar Villar. Empece en Radio Tirso Libertaria después de vivir una censura en mi tierra. Fue debido a mi grupo de Punk Rock y la forma que tengo de componer. Ya lo he contado en la radio, pues me parecía una pieza clave. Hay trabajos en vídeo sobre ello como en: Más Allá Del Cementerio – Polvos en la Sima del Umbral; donde se ve mi método pioner de componer canciones. Eso debido a una historia que conté en una entrevista con Fabián de Ke Futuro, hizo que hasta aquel día estuviera censurado o coaccionado por mucha gente. Vi en RADIO TIRSO LIBERTARIA una puerta abierta de salida a la luz de todo esto. Y recordar a toda la gente que incluso entre muchos que somos libertarios hay cosas que cambiar. Muchas. Para después todos unidos vencer ante ellas. Superar estas cosas desventajosas. Fue así como empecé en la radio. Pero después eso abrió más puertas. Ya que mucha gente que grita libertad, que entiende la libertad, que eleva su conciencia a la libertad, ahora van a tener un nuevo espacio. Siempre decimos que construimos algo nuevo, un movimiento, un colectivo; eso es cierto. A cada paso del presente: empezamos de nuevo a crearlo. Y por eso me quedé y trabajó en esta radio. Lo demás va llegando ante esta premisa.

P: Por otro lado nos gustaría saber ¿Cómo os organizáis para realizar los programas?, así como ¿qué podemos encontrar en Radio Tirso Libertaria?

M: Nuestros programas los preparamos nuestro pequeño grupo de trabajo, buscando información sobre los temas a tratar. Contamos también con nuestra audiencia donde nos piden que tratemos temas determinados. Desde luego, siempre intentamos estar acorde con la actualidad, pero siempre desde un punto de vista libertario. Ofrecemos consultas laborales en coordinación con nuestra acción sindical de nuestro sindicato.

En Radio Tirso Libertaria vais a encontrar siempre unos principios de solidaridad y colectividad, un espíritu de lucha y reivindicación. También toda nuestra historia y pasado anarquista combinada con la ilusión de una juventud que se ha planteado seriamente cambiar este sistema y esta sociedad. Como por ejemplo, con nuestros propios grupos de consumo, donde trabajamos con productores autónomos de alimentos a los cuales les compramos sus productos y los distribuimos entre nuestra militancia. También en la cultura anarquista, como por ejemplo, nuestro puesto de libros en el Rastro de Madrid.

Colaboramos con grupos musicales de barrio, que nos envían su música y les damos promoción desde nuestra radio.

O: De momento lo que yo he vivido con Radio Tirso Libertaria es que la propia radio es un punto de encuentro. Que esta viva. Y cada tema que hemos ido trabajando en ella; fue surgiendo sobre la marcha. Como si fuera un programa de actualidad en el que van contando lo que sucede a lo largo de la semana, así van surgiendo ideas, como si la propia tormenta de inquietudes de los que trabajamos en Radio Tirso Libertaria las pusiera sobre la mesa para ser talladas, moldeadas; y darles un acabado completo. Yo en mi caso llevo la parte musical. Pero le meto mano a veces a filosofías muy espiritualistas, de aquel tipo de cosas que diría Bruce Lee o el señor Miyagi; siempre me han parecido ventajosas a la hora de enfrentarse al mundo. Mundo primitivo en muchos aspectos. Duro y basto. Muy primitivo. Recién salimos de las cuevas.

P: ¿Cómo percibís que está siendo la acogida de vuestro proyecto?

M: Llevamos seis programas hechos y nos hemos visto sorprendidos de la acogida que estamos teniendo, ya que nos están escuchando bastante gente, según nos han comentado profesionales del medio. Tal vez porque hacemos una radio diferente, donde mezclamos ideología, filosofía, punk, entrevistas, consultas de trabajadoras… Tal vez porque tenemos un discurso totalmente libre, fuera del discurso oficial, donde planteamos otra manera distinta de vivir. Denunciamos el poder establecido, denunciamos el secuestro de la verdad, denunciamos como desde el Estado están intentando eliminar las asambleas de trabajadores (verdadera fuerza, porque no es lo mismo tratar con una asamblea que con dos liberados sindicales) por sindicatos verticales vendidos al poder económico. Respetamos nuestra historia, la recordamos, hacemos honor de ella y la trasmitimos a las juventudes libertarias con unos valores claros de lucha y compromiso social.

O: Muy bien, de hecho hasta la parte que yo llevo, donde meto mucho rollo Zen, esta siendo agradable. Como una buena cerveza al sol, que ilumina al que la toma. Eso sí; si tiene maestría para tomarla. Hoy por ejemplo; me encontré con Kotxa del grupo Makarras, no le había visto en la vida, pero llevamos años trabajando en un proyecto, el cuál la spobres ratas no pueden ni imaginar, de ahí a la propia censura. Poco a poco se va formando ese proyecto. Y causalmente a dado de lleno con Radio Tirso Libertaria, muchas cosas que hay detrás de nosotros, de Kotxa de los Makarras y de mi grupo MÁS ALLÁ DEL CEMENTERIO, se parecen mucho a lo que Radio Tirso Libertaria viene a traer. Aunque parezca que no es así, hay una razón detrás de la razón. Al menos en mi parte en la radio, la musical, me veo obligado a contar que lo que traemos es más que música. Es una liberación de las cadenas mentales. De ahí a los viejos rollos de maestros y alumnos. Pienso que un buen maestro debería hacer más maestros. No tener miles de seguidores. Esto es una frase hecha, pero por ahí va la cosa. Hazlo tú mismo. Otra frase conocida.

P: ¿Cuáles son vuestras expectativas y vuestros planes de futuro para Radio Tirso Libertaria?

M: Nuestras expectativas es seguir creciendo, llegando cada vez a más personas, expandiendo una ideología de que otro mundo es posible. Solamente si crees en lo que estás haciendo, podrás conseguir resultados. Tenemos todo por hacer, tenemos un sueño que vivimos día a día, donde podremos hacer realidad un mundo mejor, un mundo donde los niños jueguen sin ser adoctrinados, donde mujeres y hombres vivan libres e iguales, donde el trabajo sea una parte de la vida, no un modelo de subsistencia y esclavitud. Queremos una sociedad auto gestionada en la que no tienen cabida políticos.

Nuestro futuro lo creamos minuto a minuto, día a día improvisando nuestros programas según vamos viviendo las experiencias de la gente que nos rodea.

P: Desde vuestra experiencia, ¿Por qué elegisteis el medio de la Radio/Podcast como plataforma de difusión? En general, ¿Cómo veis la difusión libertaria mediante estos medios?

M: Elegimos este medio porque es la manera que existe en la actualidad, fuera del poder mediático establecido. Lo que era el cuarto poder en el pasado, se ha convertido en el poder mediático global, donde se manipula, donde se crean políticos estrellas de TV, donde se manipula al servicio de grandes multinacionales. En este mundo de distracción en el que no se plantea la realidad de la vida, donde se venden los discursos ideológicos para enfrentar a la sociedad y así seguirse enriqueciendo unos pocos (el pan y circo de toda la vida) nosotros queremos despertar el pensamiento independiente, queremos hablar de la realidad y sobre todo hacer pensar a la gente que nos escuche.

La difusión libertaria en nuestros medios, como vuestro portal, o nuestra radio son unos canales de comunicación que cada día llegan a más gente, ya que existe un hastío generalizado; muchas ya se están cansando del sistema totalmente desfasado de prensa y televisión, y buscan otra manera de información. Es nuestra responsabilidad darles una opción diferente.

O: Dicen que entre artificial y natural, no hay diferencia si todo viene del mismo sitio. Pero en lo artificial ya esta todo muy manoseado. Aunque estemos en un medio manoseado, la verdad, estamos dando algo que no se puede manosear ni cambiar. Eso es Radio Tirso Libertaria. El medio no me preocupa mucho si llegamos a donde queremos. Sin ser manoseados. Algo sí; que van a usar a su favor esos medios. Pero no nos casamos con ellos.

P: Para ir finalizando nos gustaría detenernos un poco para saber vuestra opinión sobre la presencia del movimiento anarquista en la actualidad ¿Cómo lo veis? ¿Qué hacer para estar más presentes?

M: El movimiento anarquista en la actualidad se tiene que reorganizar, dejar de lado las diferencias e intentar buscar los puntos de unión. Esto que parece sencillo, en la actualidad no se consigue, en mi opinión, por la condición humana. El sucio dinero, los egos, la intención de mandar, el poder por el poder, la ambición y la avaricia… Los mismos males de siempre que se repiten a lo largo de la historia de la humanidad…

Nuestro movimiento anarquista pasa por un momento de inflexión donde está saliendo nueva gente muy joven y con mucha ilusión que junto con los que somos más veteranos, estamos resurgiendo. Se está generando una nueva semilla de revolución social que sin duda germinara más pronto que tarde. Y es muy necesario este despertar porque ya hemos llegado a un punto donde no podemos seguir viviendo como esclavos; trabajadores pobres sin vida en un mundo de consumismo.

O: Hay que correr el velo de una vez. Tirar de la manta. Estamos tapados por la programación de ingeniería social. Muy tapados y enganchados; atados por el sistema. Y todos lo conocemos. Y los abemos. Hay que seguir caminando. Hacer algo que no se puede tapar. Y eso que uno consigue es lo grande.

P: Pues nada más, muchas gracias por el tiempo invertido y si quieres añadir algo más, este es el lugar.

M: Os agradecemos mucho vuestra oportunidad de presentarnos al mundo. Porque otro mundo es posible y sólo la lucha es nuestro camino.

Os invitamos a participar con nosotras en nuestra web: https://radiotirsolibertaria.cntmadrid.org

Un cordial abrazo y salud!

O: SALUD DE VERÁS. Y COMO DIRÍA LEGNA Y NATRO:  HASTA OTRA….

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La fuga del fuerte de San Cristóbal de Iruñea en 1938: La huida carcelaria más grande de la historia europea

Posted: 10 May 2022 11:48 AM PDT

En el transitar histórico por la memoria colectiva no se pueden dejar a un lado las historias anticarcelarias, habitualmente escritas por individualidades que protagonizan actuaciones épicas de fugas como un pulso a la brutalidad que han supuesto y siguen simbolizando las prisiones. Sin embargo, pocas veces se puede alguien aproximarse al relato de la fuga carcelaria más grande de la historia europea. Esta sucedió el 22 de mayo de 1938 en Nafarroa, con un total de 795 presos fugados del Fuerte de San Cristóbal, una prisión-fortín ubicado a pocos kilómetros al norte de Iruñea. Una evasión carcelaria protagonizada por presos antifascistas, que tendría no obstante un devastador resultado, porque solamente tres consiguieron cruzar la frontera francesa, 14 presos fueron fusilados tras un consejo de guerra, 206 murieron abatidos en el monte cercano a la prisión, y alrededor de 150 presos siguen estando en paradero desconocido en algún paraje de las tierras que separan Iruñea de la frontera del sur de Francia.

La prisión

En el monte Ezkaba, situado pocos kilómetros al norte de Iruñea-Pamplona, se encuentra aún en estado absoluto de abandono el Fuerte de San Cristóbal, que desde 1934 hasta 1945 albergó a más de seis mil presos políticos de las organizaciones del movimiento obrero.

Esta edificación fue construida sobre una antigua ermita rural y un obsoleto castillo navarro en el siglo XIX, concretamente se inició en 1878 nada más acabar la última Guerra Carlista (1872-1876), y como línea de defensa militar preventiva a lo largo de los Pirineos frente a otros posibles alzamientos carlistas. Sin embargo, la edificación del fuerte se prolongó hasta 1919, y para su construcción se dinamitó parte del monte con la finalidad de construir la fortaleza militar en tres niveles distintos excavados en el interior de la montaña. Largos fosos, imponentes murallas, garitas, celdas y galerías subterráneas ocupan varias miles de hectáreas, convertidas actualmente en ruinas que ocultan a su alrededor una inmensa tumba de presos asesinados en aquél lugar.

Este fuerte nunca llegó a cumplir la función defensiva para la cual fue construido, puesto que cuando se acabó su edificación, la estructura militar defensiva ya se había quedado anticuada ante la aparición de la aviación con fines bélicos. La primera ocasión, y única en su historia que ha sido utilizado, fue como prisión penal militar entre 1934 y hasta 1945. Tras la represión gubernamental a la Revolución de Octubre de 1934, centenares de presos asturianos, cántabros y vascos fueron encerrados en sus muros.

Desde sus comienzos tuvo una incesante denuncia por la falta de higiene y salubridad, tratando de que fuese cerrada, sobre todo a raíz de la muerte de un militante de CNT en septiembre de 1935. Esto provocó un motín en el fuerte protagonizado por los cerca de 750 presos entonces, y protestas en la ciudad de Iruñea que finalizaron con una huelga. El gobierno republicano comenzó a trasladar en el mes de noviembre a varias decenas de presos a otras cárceles, y fue vaciada completamente en febrero de 1936 tras la amnistía general decretada a presos políticos tras la victoria del Frente Popular. Sin embargo, ese mismo verano fue nuevamente utilizada como penal tras mantener bajo su control el territorio de Nafarroa las fuerzas militares sublevadas el 18 de julio de 1936. En pocos meses estaban recluidos unos dos mil presos en esta fortaleza, se desconoce el número indeterminado de presos que al comienzo del conflicto bélico fueron fusilados en sus muros o en el camino de descenso a la ciudad de un tiro en la espalda tras haberles dejado en libertad. Además, un total de 305 presidiarios murieron en el periodo de funcionamiento del fuerte como prisión hasta 1945 por desnutrición y enfermedades.

La fuga

La mayor fuga de presos en el Estado español y en Europa, tanto por el número de huidos como por las criminales consecuencias de la misma, tuvo lugar en esta prisión el 22 de mayo de 1938. En ese momento había un total de 2.487 personas recluidas, en su inmensa mayoría dirigentes políticos republicanos, sindicales y militantes obreros revolucionarios. Estos sufrían maltratos continuados, hambre extrema, enfermedades, y estaban infestados de parásitos. Una treintena de presos decidieron preparar una fuga masiva, para lo cual tuvieron reuniones en el interior de la prisión en las que hablaban en lengua esperanto para no ser descubiertos por ningún vigilante ni chivatos.

A la hora de la cena del domingo varios grupos de presos desarmaron a los militares en guardia, se apropiaron de sus armas y se dirigieron a la sala donde cenaba el resto de los guardias, allí se rindieron rápidamente, salvo un soldado que opuso resistencia y murió de un golpe con una barra metálica. En poco más de media hora los reclusos del fuerte habían logrado el control de la prisión, rindiéndose también los guardias en las diferentes garitas existentes. Al grito de: ¡Sois libres!, ¡A Francia!, comenzaba la mayor fuga de la historia europea con toda la libertad del mundo por conquistar, y poco que perder a la vista del compromiso tomado por sus protagonistas. Un total de 795 presos se fugaron aprovechando la oscuridad de la noche, corrieron desorientados y trataron de esconderse en el monte antes del amanecer para recorrer a pie la distancia de unos 60 kilómetros hasta la frontera francesa.

Desgraciadamente, hubo dos hechos que truncaron su huida: el primero fue que un soldado en su día libre que regresaba de Iruñea se percató de lo que ocurría y dio la voz de alarma, y en segundo lugar también alertó de la fuga un preso falangista llamado Ángel Alcázar de Velasco, encerrado por su apoyo en abril de 1937 en Salamanca a la facción hedillista de la Falange derrotada en su unificación con los carlistas. De esta manera, rápidamente refuerzos militares, pero sobre todo falangistas y guardias civiles de la capital navarra acuden a reprimir la fuga de presos, que podría haber sido mayor de no ser porque muchos desistieron fugarse al ver rápidamente las luces de los vehículos militares que estaban a punto de llegar a las inmediaciones de la prisión. Según el preso Ernesto Carratalá, que en año 2007 cuando se le entrevistó tenía 89 años, afirmaba que cada uno tiró por su lado; y algunos, que incluso pensaron que se había terminado la guerra, fueron directos a la estación de tren de Pamplona y trataron inocentemente de comprar un billete con los vales de la prisión.

La persecución

Las fuerzas represoras iniciaron inmediatamente una persecución y una macabra caza de huidos, que vagaban en desbandada por el monte, muchos de ellos descalzos, desnutridos y con escasos fusiles para defenderse. Entre esa misma madrugada y los tres días siguientes fueron detenidos un total de 585 fugados, abatiendo en el mismo monte a 206 reclusos que no tenían capacidad alguna de resistir. Solamente tres reclusos alcanzaron su objetivo de cruzar la frontera francesa y sentir que ponían fin a su persecución. El último de los fugados vivió escondido en los montes navarros hasta el 14 de agosto de ese mismo año, no logrando encontrar ninguna partida guerrillera o apoyo que le ayudase a lograr su objetivo.

Una inmensa mayoría de los asesinados fueron abatidos en las cercanías del municipio de Ezcabarte, también en la parte norte del monte, en las localidades de Oláibar y en Baztán, y otros tantos en Ansoáin, en la falda sur del monte. Por lo tanto, el Fuerte de San Cristóbal, así como todo el área a su alrededor es un espacio de la memoria histórica antifascista que debemos conocer y proteger. De aquellos huidos que capturaron los militares, un total de diecisiete fueron sometidos a un juicio bajo la acusación de haber liderado la fuga. Un preso fue internado en un manicomio de Iruñea, descrito en el juicio militar como ‘psicópata inadaptado a la sociedad civil’, y catorce fueron condenados a muerte, siendo fusilados el 8 de septiembre de 1938 en los muros de la ciudadela pamplonesa.

El ejército español abandonó estas instalaciones militares en 1987, y a día de hoy se encuentra completamente abandonado, siendo propiedad del Ministerio de Defensa. Este fuerte fue declarado «Bien de Interés Cultural» por la Dirección General de Bellas Artes en el año 2001. Sin embargo, ha sido labor exclusivamente de los movimientos populares navarros y agrupaciones de memoria dar a conocer una de las fugas más desconocida de todos los tiempos. En 1988, cincuenta años después de la fuga, se erigió un monumento en una de las laderas donde se recuerda a todos aquellos presos que cayeron en busca de su libertad. Dicho monumento ha sido atacado en tres ocasiones, siendo su último destrozo en agosto de 2009. Anualmente en la fecha de la histórica fuga se realiza un homenaje en recuerdo de este suceso y de los asesinados en aquel lugar, para que estos espacios no sean nunca más una crónica del olvido, sino de memoria y de lucha.


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Ezkaba, la gran fuga de las cárceles franquistasIñaki Alforja, 2006

Fuente: https://www.todoporhacer.org/fuga-fuerte-san-cristobal/

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En contra del 41 bis, solidaridad revolucionaria con el anarquista Alfredo Cospito

Posted: 10 May 2022 11:37 AM PDT

Este jueves 5 de mayo el preso anarquista Alfredo Cospito recibe la notificación del cambio de régimen penitenciario al que está sometido: se dispone para el la aplicación del 41 bis. En este momento Alfredo está aun detenido en la cárcel de Terni, en el módulo adecuado para el 41 bis. Aun no sabemos si este será su destino final o si aun le moverán a otro instituto penitenciario. Cómo previsto por la norma, esta disposición desciende directamente por la ministra de justicia Marta Cartabia, ya presidente de la Corte Constitucional. Vamos a recordarlo muy rápidamente: el 41 bis es un régimen penitenciario especialmente aflictivo, que, para prevenir cualquier forma de comunicación, prevé el aislamiento, la ausencia de sociabilidad y de cualquier actividad para los internos, el silencio, intervención del correo, una hora de visita por mes con cristal integral y telefonillo, y además la grabación de la misma, 10 minutos de llamada mensual, sólo en caso de que no se haya recibido la visita, que los familiares autorizados tienen que efectuar desde un cuartel de Carabinieri. A los internos está prohibido recibir periódicos y libros, para prevención la gran parte del correo es intervenido y bloqueado a causa su contenido; está prohibido comprar periódicos y hay una fuerte limitación de los objetos que se puedan poseer al interior de la celda (libros, ropa, comida, papel y bolígrafo, etc).

No es la primera vez que este régimen se les aplica a unos revolucionarios: en 2006 cuatro presos de las Brigadas Rojas fueron encerrados en estas estructuras (una de ellos, Diana Blefari, se suicidó en 2009, nada más salir del 41 bis). Es un antecedente que, no obstante las movilizaciones, aun no pudimos desarticular.

En estas primeras horas, llenas de rabia, queremos subrayar dos asuntos. Por un lado, tomamos actas de ese ataque personal, físico, a un compañero anarquista que en estos 10 años nunca bajó su cabeza: un compañero que revindicó con su cabeza bien alta el haber  disparado en las piernas del administrador delegado de Ansaldo Nucleare, el ingeniero Adinolfi. El hecho de que no conseguiron aislar a Alfredo y de no haber podido callar su aporto revolucionario ha sido una espina en el costado de los investigadores. Esto conllevó en los últimos años más medidas cautelares en contra suya, cómo la intervención del correo y la notificación en la cárcel de otra orden de detención por la Operación Sibilla el 11 de noviembre pasado, con la cual las fuerzas represivas han intentado hacer desaparecer una revista y unas publicaciones que, en los años, han dado voz a los artículos y a los escritos del compañero. Al Alfredo, tenemos que hacer llegar la solidaridad de un movimiento que no está vencido, que no le ha olvidado, que no le deja a solas; tenemos que conseguir que esta solidaridad pueda con los vetos y con el aislamiento.

Por otro lado, vemos en este hecho un antecedente para todo el movimiento anarquista. Se necesita una movilización internacional eficaz, que haga pagar al Estado italiano el precio de esta enésima elección. Por decirlo más claro, este antecedente no debe pasar. Pero la lucha revolucionaria siempre está un paso por delante de la ambigüedad del derecho, y nos trae claridad. Eso se demostró con las acciones llevadas a cabo en contra de la tentativa de acercarse al 41 bis, cuándo en 2019 se abrió la sección femenina de Alta Seguridad en L’Aquila y se trasladaron allá a las compañeras anarquistas. Delante la capa de aislamiento con la que el Estado quiere sepultar Alfredo, hace falta reafirmar la solidaridad como necesidad constante de la comunicación entre revolucionarios, un elemento que en estos últimos años no ha fallado a nivel internacional.

Ser anarquistas es difícil, pero no nos interesa que sea delito o menos. Quien mata de hambre, quien explota, quien lanza bombas en contra de las poblaciones, son los mismos hombres y mujeres que intentan encasillar el anarquismo dentro de los esquemas del derecho, desapoderando sus tensiones, aplastando sus concretas potencialidades de acción. Este traslado es también una advertencia para todos aquellos que no creen que las libertades puedan concederse por padrones y gobernantes, un mensaje para quien – juntando idea y acción – quiere destruir el Estado y el capital.

Hace falta una movilización que sea capaz de contraatacar. No podemos y no queremos callarnos sobre la responsabilidad política y personal de la ministra Marta Cartabia. Esa jurista, con su decisión, parece quiera adelantar de veinte días la sentencia de la Cassazione [el equivalente del Supremo en Italia] sobre el proceso Scripta Manent, prevista por el 25 de mayo, proceso en el que Alfredo ha sido condenado en la apelación a 20 años de cárcel por asociación subversiva con finalidad de terrorismo y strage* con finalidad de terrorismo (a los que hay que añadir los 9 años y medio del dicho proceso por la acción en contra de Adinolfi). En Italia el delito de strage* se configura hasta en ausencia de muertos y heridos, sobre la base de la potencialidad, por ejemplo, de un ataque explosivo. Y podría ser ese delito, strage*, la llave que les permitió abrir las puertas del 41 bis para Alfredo. El mismo delito de strage* se les imputa, en el mismo proceso Scripta Manent, a la anarquista Anna Beniamino, y en otro al anarquista Juan Sorroche. Para decir como este antecedente sea, en potencia, cargado de consecuencias para otros compañeros.

La ministra Cartabia está muy fuertemente anunciada cómo presidente de la república in pectore por estos grupos de poder progresistas que empujan para en fin obtener, en Italia, una primera presidenta y jefe de Estado femenina. Recordamos que en Italia, el presidente de la república ejerce al mismo tiempo las máximas cargas de Jefe del orden jurídico y Presidente del consejo superior judicial (CSM). No estaremos aquí perdiendo el tiempo en quejas por lo abusos y las violaciones del derecho por parte de esos burócratas que lo gestionan, pero no podemos no observar como la ministra Cartabia haya decidido jugarse todo su peso político – de jurista, ministra, potencial futuro Jefe del orden jurídico – con un dispositivo que, entre otras asquerosidades, también hipoteca la posible condena para Alfredo y los demás acosados. Por todas estas razones, no podemos esperar ni un minuto. Llamamos a una movilización internacional en el signo de una continuidad revolucionaria que amplíe cada vez más su propio marco de acción.

En contra del 41 bis, romper con el aislamiento!Si intentan taparnos la boca, os morderemos la mano!En contra de la censura, seguimos con la propaganda anarquista!Solidaridad revolucionaria con el compañero Alfredo Cospito!

Anarquistas

*lit. estrago, masacre: delito previsto en el código penal italiano por atentado de cierta estatura, cómo los atentados de piazza Fontana o de la estación de Bologna de las décadas ‘60-’80.

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[Vídeo] Bakunin, Dios y la autoridad

Posted: 10 May 2022 11:28 AM PDT

Bakunin, en Dios y el Estado, atribuía la creencia en un ser supremo abiertamente a la ignorancia; la imposición del trabajo, la falta de ocio y de medios intelectuales conducen a la aceptación acrítica de las tradiciones religiosas. Sacerdotes y gobernantes, para el anarquista ruso, son los que mantienen artificialmente esa dependencia mental y moral, de tal manera que resulta a menudo más poderosa que el buen sentido natural. Existe otro motivo para explicar la creencias absurdas del pueblo y Bakunin, en la línea de Marx, la atribuye en gran medida a las penosas condiciones económicas a las que se ve condenado. Solo existe un medio no ilusorio para salir del estado de necesidad material y es la revolución social, la cual acabará con todo rastro de hábitos y creencias absurdos. Bakunin considera que opresores y explotadores de la humanidad, aunque no sean verdaderos creyentes en su fuero interno, necesitan que el pueblo se aferre a una religión; hacen buena, así, la máxima de Voltaire: «Si Dios no existe, habría que inventarlo». Además, el filósofo anarquista señala otro tipo de creyentes, aquellos intelectualmente incapaces de aceptar los dogmas, pero que dejan intacto el absurdo máximo de la religión: se aferran a la existencia de Dios; no es ya el ser omnipotente y brutal de la teología clásica, pero siguen creyendo en un ser supremo, nebuloso e ilusorio, hasta tal punto que es plenamente identificable con la nada.

Capi Vidal

http://reflexionesdesdeanarres.blogspot.com/

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El fútbol mierda y otras innovaciones deportivas

Posted: 10 May 2022 11:22 AM PDT

Pelota

El Departamento de Asuntos Sociales de la Asombrosa Banda de Monos Perplejos y Funambulistas, en colaboración con la Fundación Mutua Madrileña, la oficina del voluntariado de la Conselleria de Bienestar social de la Generalitat Valenciana y Supermercados Mercadona -hacemos un inciso aquí para destacar el magnífico lema que luce en sus camisetas el Valencia Basket, «cultura del esfuerzo», equipo propiedad del dueño de Mercadona. Slogans así son un sendero luminoso que alumbra la confluencia imprescindible entre los intereses populares y los empresariales. Valga esta cita como homenaje a tan preclaras conciencias, fomentadoras incansables de lo mejor de nuestra sociedad, siempre en beneficio del  progreso colectivo -y bajo los auspicios del programa de desarrollo de la Agenda 2030-. Hemos desarrollado y plasmamos aquí, con la intención inmaculada de dinamizar el solaz de las masas obreras, que después de una jornada de duro pero gratificante trabajo, lo menos que se merecen al llegar a  casa es contemplar como nuestros héroes deportivos se baten el cobre para mayor gloria de la nación y para regocijo espiritual de todos, hemos desarrollado, decíamos, nuevas disciplinas deportivas que se postulan como recambio necesario de las ya existentes para evitar el peligro de adocenamiento y galvanizar nuevas pasiones colectivas. Exponemos a continuación brevemente nuestro proyecto:

  • Fútbol mierda: Se distribuirán equitativamente por todo el terreno de juego unas mierdas dotadas de sensores de movimiento. Gana el equipo que meta más goles pisando menos mierdas.
  • Tenis polaco: esta disciplina constará de un solo jugador. Consiste en que el jugador saca, recorre el campo, salta la red, devuelve su propio saque, retorna al campo, devuelve la pelota y así sucesivamente. Gana el jugador que más tarde en caer exhausto.
  • Esgrima: a las tradicionales disciplinas de sable, florete  y espada se añadirá el combate con navajas de siete muelles estilo Curro Jiménez.
  • Triatlhon: Constará de natación en aguas fecales, trayecto en bicicleta sin frenos y carrera a la pata coja.
  • Carreras con vallas: En vez de saltarlas ,se tendrá que pasar por debajo.
  • Tenis de mesa: Se jugará contra una pared de frontón.
  • Salto de trampolín en piscina sin agua.
  • Voleibol con zancos.
  • Natación: En las pruebas de natación será imprescindible no saber nadar. Gana el último que se ahogue.
  • 50km marcha atrás: se andará de espaldas.
  • Baloncesto: Se jugará con guantes de boxeo y pelota de rugby para hacer mas errático, imprevisible y divertido el bote y el tiro a canasta.
  • Salto de longitud sobre arenas movedizas.
  • Salto de altura sin colchoneta: gana quien se rompa más costillas, las vértebras puntúan doble.
  • Salto de pértiga: se sustituirá la pértiga por una escalera.
  • Lanzamiento de peso, jabalina, martillo y disco: Se realizará con los ojos vendados. Gana el que provoque más heridos. El homicidio involuntario puntuará doble

Estas son algunas de las nuevas modalidades deportivas que tenemos en proyecto. Estamos abiertos a sugerencias y esperamos tu colaboración.

Aciago Bill

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Agustín Guillamón: “En mayo del 37 los trabajadores se encontraban luchando contra sus propios dirigentes”

Posted: 10 May 2022 11:09 AM PDT

Entrevista de Santiago Lupe al historiador Agustín Guillamón

Entrevistamos a Agustín Guillamón, editor de la revista Balance y uno de los investigadores que más conoce de la Revolución española, los hechos de mayo del 37 y del ala izquierda del movimiento libertario ibérico de los años 30.

Santiago Lupe: Se conmemoran en estos días 85 años de los llamados hechos de mayo, la insurrección de la clase trabajadora de Barcelona que se levantó en defensa de la revolución social iniciada tras la derrota del golpe fascista de 1936. Diez meses más tarde del 19 de julio esta revolución se veía amenazada por el Estado republicano y el estalinismo que quería terminar con ella ¿Cómo se llegó a esta situación?

Agustín Guillamón: Para explicar los Hechos de mayo del 37 hay que remontarse a la victoria de la insurrección de julio de 1936, casi un año antes, por la propia naturaleza de la revolución social del 36 y la dicotomía de lo que pasaba en las calles, las fábricas y el frente y la política de los líderes de la CNT.

Entre el 19 y el 20 de julio los comités de defensa de la CNT derrotaron el golpe de Estado. Pero esto no sucede espontáneamente, con un “click”. Hay una preparación desde el año 31 muy rigurosa y seria. Estos comités son unos 20 mil militantes anarcosindicalistas organizados en un ejército revolucionario que logran derrotar a un ejército profesional muy preparado.

Pero al día siguiente de haber vencido al Ejército se deja al Estado burgués en pie. Companys sigue siendo el presidente de la Generalitat. Es una diferencia brutal con el bolchevique Antonov Ovseenko, que cuando toma el Palacio de Invierno se sube a la mesa y detiene a todo el gobierno de Kerensky. Aquí no, aquí se va al Palau de la Generalitat y se pacta una unidad antifascista con los partidos burgueses y los estalinistas.

Se crea el llamado Comité Central de Milicias Antifascistas, que no es un gobierno revolucionario, sino un organismo de colaboración de clases que después de nueve semanas y media de existencia logra una reconstrucción importante del Estado. Además, las bases de la contrarrevolución son fuertes. La insurrección de julio del 36 ha derrotado al Ejército pero la Guardia Civil y la Guardia de Asalto no han sido disueltas, sino que quedan armados y acuartelados.

La dirección de la CNT, como la del POUM, deciden entrar al gobierno catalán en septiembre de 1936 y más tarde, en noviembre, al gobierno republicano ¿Cómo actúa el Estado republicano y la Generalitat para desmantelar la revolución social en los 10 meses que van hasta mayo del 37?

El Comité Central de Milicias se disuelve en octubre porque unas semanas antes se había formado el primer gobierno de coalición con consellers de la CNT y del POUM. Este gobierno institucionalizaba y proseguía la labor de fortalecimiento del aparato estatal y el avance de la contrarrevolución. El 24 de octubre el gobierno catalán aprueba dos decretos contra la revolución: el de colectivizaciones y el de militarización de las milicias.

El primero supone detener las colectivizaciones en marcha y limitarlas solo a las empresas de más de 100 trabajadores. Es un decreto obra del conseller de Economía Joan Pau Fábregas, de la CNT. Pero en la remodelación del gobierno del 17 de diciembre de 1936, Nin y Fábregas salen del mismo. Por lo tanto quien desarrolla este decreto es Tarradellas, que en enero de 1937 aprueba 58 decretos en S’Agaró que consiguen controlar financieramente a los ayuntamientos y las empresas colectivizadas para imponer interventores de la Generalitat que sustituyan a los comités obreros. Los que no se sometieran quedaban sin divisas para comprar materias primas, pagar los salarios y poder funcionar.

Sobre la militarización de las milicias se trataba de convertir estos cuerpos de voluntarios en un ejército regular regido por el Código de Justicia Militar de la monarquía. Durruti y muchos otros no lo aceptan. Pero esta oposición solo consigue retrasar su aplicación. Finalmente, ante la presión de que las columnas que no la aceptasen serían disueltas, no les pagarían la soldada o no se les proveería de armas y municiones, entre el 5 y el 8 de febrero en un pleno de milicias confederales se termina aceptando la militarización.

Además, a primeros de diciembre del 36 en una reunión del comité regional de la CNT, este se enfrenta a los comités revolucionarios de barrio para hacer cumplir una decisión del gobierno de la Generalitat. Este había acordado desarmarlos para enviar todas las armas al frente, pero los comités de barrio responden que no devolverían las armas que conquistaron al Ejército en la calle porque eran la única garantía de la revolución y que, si quieren armas, que envíen las de la Guardia Civil y la Guardia de Asalto, acuarteladas en la retaguardia. Ante esta negativa el comité regional “hiberna” a los comités de barrio, les da la orden de no actuar: dicen que es suficiente con las Patrullas de Control, policía antifascista constituida por aproximadamente una mitad de cenetistas y la otra mitad de gente de ERC, PSUC y POUM.

Sin embargo, al mismo tiempo en estos meses de avance de la contrarrevolución a base de decretos también se van gestando las fuerzas sociales que terminarán haciéndole frente al golpe de mayo de 37. ¿Cómo es ese proceso?

Por ejemplo, en la primavera del 37 en muchas fábricas de Barcelona se hacen asambleas de trabajadores rodeadas por la policía en la que se votaba entre colectivización, es decir aceptar el marco del decreto de la Generalitat, o socialización, que todo el ramo industrial quedara bajo control del sindicato. Esta última opción es la que sale adelante en casi todas las asambleas. Esta es una cuestión clave, fíjate que los hechos de mayo comienzan cuando la Generalitat intenta imponer por la fuerza un interventor en la Telefónica.

Sobre las milicias, la cuarta agrupación de Gelsa de la Columna Durruti fue la única que se opuso a la militarización en el pleno de febrero, aunque no les dejaron intervenir en el debate con excusas burocráticas. Estaba al frente Pablo Ruiz y a lo largo de febrero 800 milicianos bajaron a Barcelona armados y serán los que funden, junto con Balius y la corriente anticolaboracionista de la CNT, la agrupación Amigos de Durruti, que en mayo ya había emitido 5.000 carnés.

Las deserciones hacia Barcelona de otros grupos de milicianos en las semanas previas a la insurrección de mayo son también un goteo constante. Por ejemplo, Máximo Franco, delegado de la Roja y Negra, consiguió llegar a Barcelona como observador, y en las luchas de mayo del 37 consiguió agrupar a una treintena de milicianos revolucionarios desertores del frente de Aragón, que combatieron en el Paralelo.

Por último los comités de barrio, que habían sido prácticamente desmantelados por el comité regional con esa “hibernación” de diciembre, el 4 de marzo de 1937 se reactivan. La Generalitat, que ha ido recuperando sus funciones, aprueba dos decretos y varias órdenes para crear un Cuerpo Único de Seguridad (que unifica Guardia Civil y Guardia de Asalto al servicio de la Generalirar). Esto pone de nuevo en alerta a los sindicatos, que reactivan los comités de defensa de los barrios porque saben que ese cuerpo unificado se crea para disolver las patrullas de control, una fuerza formada por militantes obreros, y a los propios comités.

Denuncias en toda tu obra la responsabilidad de la dirección cenetista en este debilitamiento de la revolución, la reconstrucción del Estado que se convertiría en su sepulturero y en la derrota de la insurrección de mayo, de la que dices que fue derrotada desde la radio, en referencia a los discursos de Oliver y Montseny llamando a detener los combates ¿Cuál fue el papel y la responsabilidad de la dirección de la CNT?

En julio de 1936 los trabajadores, organizados en los comités de defensa, habían protagonizado una de las mayores revoluciones de la historia. Diez meses después, en mayo de 1937, se encontraban luchando contra sus propios dirigentes. El instinto revolucionario, formado por 70 años de propaganda anarquista, extendió y profundizó una de las revoluciones sociales más radicales de la historia, expropiando fábricas y cuarteles, formando milicias para enfrentarse al fascismo que definieron el frente de Aragón, gestionando una ciudad de un millón de habitantes, materializando la utopía y sustituyendo las funciones estatales en todos los ámbitos. Pero a partir de un determinando momento, ante el avance de la contrarrevolución y el fortalecimiento del Estado, gracias a la participación de los comités superiores cenetistas en esa sagrada unión antifascista ese instinto dejó de ser suficiente. Es entonces cuando surgen Los Amigos de Durruti.

Los comités superiores de la CNT no quisieron profundizar y coordinar la revolución social que había en la calle, renunciaron a sus propios principios ácratas y adoptaron la ideología antifascista de colaboración de clases. Esa dejación de sus principios libertarios suponía la adopción del programa de la democracia burguesa. Algunos lo padecieron con grandes contradicciones personales, y no les fue fácil renunciar a sus propios principios revolucionarios, pero lo hicieron porque consideraban que la ideología de unidad antifascista era la única vía que conducía a la victoria sobre el fascismo.. Colaboraban con estalinistas, con partidos burgueses o la Generalitat, y se enfrentaban con los comités revolucionarios de base en los barrios. Al punto que los comités superiores en mayo del 37 ya estaban del otro lado de la barricada.

El 3 de mayo, tras el intento de asalto de la Telefónica, en apenas 2 horas, los comités de defensa de la CNT controlaban toda la ciudad excepto algunas partes del centro donde estaban las sedes de los partidos del gobierno. Los comités de barrio levantan barricadas, pero no es algo improvisado. Manuel Escorza, que dirigía el comité de información de la CNT, les había advertido de que se preparaba el golpe tras el asesinato del líder anarquista Antonio Martín en la Cerdanya el 27 de abril.

La CNT, en la reunión del comité regional del 4 de mayo, promueve un comité insurreccional dirigido por Julián Merino con dos comisiones para extender la lucha en la avenida del Paralelo y en plaza de España. Mientras tanto, también nombra una delegación para negociar con la Generalitat encabezada por Abad de Santillán. Juega con una doble baraja, la insurreccional y la negociadora.

La insurrección estaba prácticamente ganada. Companys llega a ordenar, sin lograr que los oficiales le obedezcan, que se bombardeen los edificios bajo control de la CNT tras la muerte del dirigente de la UGT, Antonio Sesé, recién nombrado conseller, al saltarse un control de barricada. Esto es así hasta que vienen García Oliver y Federica Montseny desde Valencia y hacen sus discursos en la radio. Sobre todo “el discurso del beso” de Oliver en el que decía que besaba por igual a los guardia civiles y los camaradas cenetistas caídos en la calle. En las barricadas algunos insurrectos cenetistas dispararon al aparato de radio como respuesta al discurso de García Oliver.

A la altura de mayo del 37 el POUM ya llevaba meses fuera del gobierno de la Generalitat. Sin embargo, tampoco jugó un papel de dirección alternativa al colaboracionismo de clases de la dirección cenetista. ¿Cuál fue para ti el rol del partido de Nin en estos meses previos a mayo y durante la misma insurrección?

Lo que diga yo no importa tanto, es más interesante lo que decía un militante del POUM como Josep Rebull, del ala izquierda de este partido , que criticó muy duramente la política del Comité Ejecutivo y al propio Andreu Nin. Sostenía que no se podía criticar al gobierno y participar en el gobierno, y con él otros muchos militantes. Además Nin, Andrade y la mayoría de los dirigentes del POUM tenían una política completamente seguidista respecto a la dirección de la CNT, nunca la criticaba ni lanzaba propuestas revolucionarias que chocasen con ella.

El diario “Avant” del POUM en julio del 36, cuando una insurrección obrera victoriosa planteaba en la calle y en las fábricas la cuestión del poder, lanzaba reivindicaciones menores de aumento de salarios, reducción de horas de trabajo… en lugar de dar respuesta a esa cuestión fundamental de la toma del poder. El POUM, en esa situación de una revolución enorme por abajo y unos dirigentes cenetistas que estaban pactando con los estalinistas y la burguesía, pedía que el pago de las jornadas de trabajo perdidos en hacer la revolución. Un partido marxista que no plantea el problema del poder en un momento así… no sé qué hacía, casi parece que “pasaba por allí” y aquello no iba con ellos…

En mayo del 37 sucede algo parecido, tampoco planteó la cuestión del poder y se sumará a los llamamientos a la calma de la dirección de la CNT. Aunque hay muchos militantes del POUM que combaten en las barricadas. Ese mes se iba a realizar el Congreso del POUM, por eso mismo había muchos militantes en Barcelona. Rebull y otros muchos criticaron a la dirección de su partido por no plantear la cuestión del poder.

Eres probablemente uno de los investigadores que más conoce la experiencia de Los Amigos de Durruti, una agrupación surgida a pocas semanas de la insurrección de mayo en oposición a toda esta línea de la dirección anarcosindicalista. Ligándolo a esa falta de una dirección revolucionaria: ¿la fundación de los Amigos de Durruti es un intento tardío de intentar poner en pie esta alternativa de dirección a la de la CNT?

La solución no radicaba en sustituir una “mala” dirección por una “buena” dirección, sino en asumir y poner en práctica el programa revolucionario del proletariado: socialización de la economía gestionada por los sindicatos, dirección obrera de la guerra, autonomía del proletariado, destrucción del Estado y sus sustitución por los comités revolucionarios, etcétera…

Los Amigos de Durruti surgieron de forma tardía, porque fueron fruto de la experiencia histórica vivida, a veces muy trágicamente. Su nacimiento se produjo en marzo del 37, como remate de uno de los ejemplos de derrotismo revolucionario más hermosos en la historia del movimiento obrero. La cuarta agrupación de Gelsa de la Columna Durruti, liderada por Pablo Ruiz, promovió la deserción revolucionaria en el frente de Aragón. Abandonaron el frente, armados, para defender en Barcelona la revolución. Una previsión que se materializó solo dos meses después de tal deserción… Una vez aquí confluyen con sectores de la Juventudes Libertarias, el Sindicato de la Madera y toda una corriente de opinión muy amplia que criticaba la colaboración con el gobierno burgués y estalinista.

A finales de abril de 1937 sacaron un cartel, que pegaron por toda la ciudad, donde llamaban a sustituir la Generalitat por una Junta Revolucionaria. Planteaban cuestiones como la socialización de la economía controlada por los sindicatos. Ese mismo programa lo plantearon días después en una octavilla repartida en las barricadas levantadas en mayo..

Después de mayo del 37 comenzaron la publicación de su diario “El Amigo del Pueblo”, el 19 de mayo. Aquí desarrollan la reflexión acerca de la consigna de Junta Revolucionaria, son gente que ha aprendido en medio de la lucha las lecciones de lo ocurrido y reconocen que lo hecho en julio de 1936 era todo lo contrario de lo que debía haberse hecho.

Sostienen que el Comité Central de Milicias fue un error, porque era un organismo de colaboración de clases. En julio de 1936 debería haberse constituido una Junta Revolucionaria, formada por representantes de las fábricas, las milicias… excluyendo a los partidos burgueses, a los estalinistas y a la Generalitat. Es decir, un gobierno autónomo de los trabajadores revolucionarios.

Este concepto de la Junta Revolucionaria no deja de ser una consigna de poder obrero. Qué sectores libertarios plantearan una suerte de gobierno obrero, ¿no suponía una ruptura con el rechazo al poder del anarquismo?

El poder es el poder de hacer las cosas. Un poder de decisión sobre tu vida. Este poder lo tienes que tener tú. No puedes dejarlo en manos del enemigo de clase, porque te aplastará. Esa es una importante enseñanza que aprendieron en la propia lucha. Hay que construir ese poder, un organismo propio, una sociedad en la que la gente pueda realmente decidir. En el caso de la revolución del 36 los comités tenían ese poder, pero era un poder atomizado, que no se contrapuso lo suficiente al poder del Estado, el cual se fue recomponiendo hasta que logró imponerse mediante una represión coordinada entre la burguesía, el estalinismo y los comités superiores de la CNT.

anarcosindicalista y también con Nin y el POUM por su negativa a adoptar una

León Trotsky escribe y polemiza muy duramente con la dirección política independiente de las direcciones de la CNT que se ligara a los sectores más avanzados de los obreros anarquistas y tratara de ofrecer una alternativa de dirección para la victoria de la revolución. En Barcelona en ese momento los trotskistas eran solo unas decenas de militantes, con muy poca incidencia en los acontecimientos, pero que coincidieron en el programa de acción con sectores como los Amigos de Durruti. ¿Qué nos puedes contar de ellos?

Grupos trotskistas había dos. Uno era la Sección Bolchevique Leninista de España, dirigida por Munis, y el otro el grupo dirigido por Fosco que editaban en francés “Le Soviet”. Los segundos eran algo testimonial, una sucursal del partido francés, unos 8 militantes, con un diario muy interesante pero con una influencia nula: era un diario barcelonés redactado en francés.

El grupo de Munis eran una treintena de militantes en su mayoría extranjeros. Intentaron contactar con un grupo de milicianos alemanes, pero les infiltraron espías soviéticos y fueron detenidos en febrero de 1938 y quedaron disueltos. En mayo del 37 Munis y Peret habían marchado a París a contactar con el grupo francés. Aun así fueron los únicos, junto a los Amigos de Durruti, que lanzaron una octavilla en las barricadas para tratar de ofrecer una perspectiva revolucionaria a la lucha. Para Munis, como escribió en su diario “La Voz Leninista”, la Junta era una expresión española de la idea de los soviets revolucionarios de 1917 (no de los soviets estalinizados posteriormente).

El POUM en general no respondió a las críticas de Trotsky y los trotskistas. Nin solamente lo hizo en vísperas de su secuestro en un artículo publicado en “Juillet”, la revista internacional del POUM. El artículo estudiaba los órganos de poder en la revolución española. Ahí Nin sostiene que no había existido una situación de doble poder y justificaba su participación en los gobiernos de coalición y que en el caso español no era necesarios desarrollar organismo del tipo soviético o consejista por la fortaleza misma de los sindicatos.

Para concluir, la Revolución española es la historia de una de las mayores revoluciones obreras de la historia. Una historia que acabó en derrota pero que dejó un rico legado de enseñanzas ¿Cuáles son para ti las principales lecciones para que en las revoluciones del futuro la victoria sea posible?

Creo que las principales lecciones son parte de los aportes teóricos que hicieron sectores como los Amigos de Durruti, que las sacaron en mitad de los combates y en base a una dura experiencia de lucha, de caída de sus compañeros…

En primer lugar, la necesidad de un programa revolucionario, claro y preciso, que debe ser defendido por las armas y que debe defenderse y reprimir los intentos de ser aplastada por la contrarrevolución.

En segundo lugar que todo el poder económico debe estar controlado por los sindicatos, por la clase trabajadora. Aunque no basta con controlar o gestionar la economía. Por eso la idea de que la revolución debe ser totalitaria, en el sentido de total, de no detenerse en el control de las empresas y la economía como sucedió aquí, sino abarcar el resto de órdenes sociales y culturales… esto es, de abarcar la totalidad de la experiencia humana.

Para ello la inevitable necesidad de una dirección revolucionaria durante la insurrección y en la primera fase del proceso revolucionario. Algo que sin duda faltó, aunque hubiera intentos muy valiosos de construirla tardíamente.

Por último la necesidad de destruir el Estado, que en el caso de la revolución del 36 pasaba por desarrollar y coordinar los comités para destruirlo. En este caso se trataba de sustituir al Estado, la Generalitat, por una Junta Revolucionaria, un organismo de poder unitario de toda la clase trabajadora. Algo completamente opuesto a la línea de colaboración con la burguesía y su aparato estatal.

Como he escrito en alguno de mis prólogos, mis investigaciones tienen la vocación de que sirvan para no volver a cometer los mismos errores del pasado, pensar la revolución para estar preparados para volver a hacerla algún día. El anarquismo revolucionario sucumbió ante la represión, pero nos legó el ejemplo, la reflexión y el combate de algunas minorías, como Los Amigos de Durruti, las Juventudes Libertarias, determinados grupos de la Federación Local de Barcelona, el grupo que editó el periódico clandestino “Alerta”, que nos permiten teorizar sus experiencias, aprender de sus errores y reivindicar su lucha y su historia.

Publicaciones de Agustín Guillamón

Nacido en Barcelona, el 19 de enero de 1950. Licenciado en Historia Contemporánea por la Universidad de Barcelona, y desde 1993 editor de la revista Balance, cuadernos de historia del movimiento obrero y revolucionario de carácter y vocación internacionalista, con especial interés en recuperar a “los malditos” de la Guerra civil española.

Ha publicado:

– Documentación histórica del trosquismo español. De la guerra civil a la ruptura con la IV Internacional. (Ediciones de la Torre, Madrid, 1996)

– Barricadas en Barcelona (Espartaco, 2007/Lazo, 2013/Descontrol, 2014). Traducido al francés en Spartacus, 2009.

– Los Comités de Defensa de la CNT en Barcelona (Aldarull, 2011/Quinta edición en Descontrol, Barcelona, 2020); traducido al italiano (Gatto Rosso, 2013), al inglés (AK Press/Kate Sharpley Library, 2014), al francés (Coquelicot, 2014), al catalán (Malapècora, 2016) y al griego (2017).

– Tetralogía titulada Hambre y violencia en la Barcelona revolucionaria:

Tomo 1: La revolución de los comités. De julio a diciembre de 1936. ​(Aldarull/El grillo libertario, 2012)

Tomo 2: La guerra del pan. De diciembre de 1936 a mayo de 1937.(Aldarull/Descontrol 2014)

Tomo 3: Insurrección. Las sangrientas jornadas del 3 al 7 de mayo de 1937. Descontrol, 2017. [Editado en inglés por AK Press/Kate Sharpley Library, 2020]

Tomo 4: La represión contra la CNT y los revolucionarios. De mayo a septiembre de 1937.  (Descontrol, 2015)

– El terror estalinista en Barcelona (1938) (Aldarull/Descontrol, 2013)

– Los Amigos de Durruti. Historia y antología de textos. (Aldarull/Descontrol, 2013. Segunda edición en Descontrol 2021); versión reducida en inglés (AK Press, 1996)

Correspondencia entre Abel Paz y García Oliver. Anexo: Tesis sobre la Guerra de España y la situación revolucionaria creada el 19 de julio en Cataluña. (Descontrol, 2016). Editado en francés (Ni patrie ni frontières, 2016).

Josep Rebull, la vía revolucionaria. Descontrol, 2017; traducido al francés por Spartacus en 2014.

Nacionalistas contra anarquistas en la Cerdaña (1936-1937). En colaboración con Antonio Gascón. Descontrol, 2018

Barcelona, mayo de 1937. Libros de Anarres, Buenos Aires, 2019

La matanza del cuartel Carlos Marx. Calumnia, Mallorca, 2020

La revolución rusa. Una perspectiva crítica y libertaria. Descontrol, 2020

Els incontrolats. El Lokal/Calumnia, Mallorca, 2020

Ecos y pasos perdidos de Juan García Oliver. Calumnia, Mallorca, 2021

Decreto de Colectivizaciones. Edición comentada por A. Guillamón. Descontrol, 2021

– Durruti sin mitos ni laberinto y otras estampas. Sabotaje de sueños, Madrid, 2022.

                                                                       *

Ha colaborado en la edición de las Obras Completas de Munis y ha participado, como asesor histórico, en el documental “Munis. La Voz de la Memoria [revolucionaria]” (2011). Promotor del Manifiesto. Combate por la historia (1999). Autor de varias entradas en los libros colectivos La Barcelona rebelde (Octaedro, 2003); Momentos insurreccionales. Revueltas, algaradas y procesos revolucionarios (El Viejo Topo, 2006); Per canviar-ho tot (Laberints, 2014); L´anarchisme d´Etat. La Commune de Barcelone (Ni patrie ni frontières, 2015), Biografías del 36 (Descontrol, 2016), Entusiastas olvidados (Descontrol, 2016), además de los numerosos artículos publicados en la revista Catalunya de la CGT (en catalán), en Libre Pensamiento y en otras publicaciones, así como en la web SER HISTÓRICO.

Siempre con el objetivo de arrebatar la historia a la incultura del olvido, la falsificación política o el academicismo universitario, porque sin una teorización de las experiencias históricas del proletariado no existiría teoría revolucionaria.

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Aprendiendo a convivir con las cicatrices

Posted: 10 May 2022 10:56 AM PDT

La humanidad cambia…

¿Me entero?:

Pues, mirad, apenas me entero.

¿Cambia para bien o para mal?

Os juro que yo veo las cosas en muchos matices blancos y negros.

¿Qué veo ahora?: Más bien gris.

¿Eso es bueno o eso es malo?:

¿Qué es el bien y qué es el mal?

¿La gente no comete errores…?

¿La humanidad  es perfecta…?

¿Las ideas son perfectas…?

Yo veo como la gente acierta y se equivoca.

Debo ser observador…

¿Soy tío o tía?

Soy hombre.

Pero mitad mujer.

Sé que el camino es difícil pero sé que mi disidencia busca La Verdad.

¿La Verdad es importante?:

Es.

¿No lo es?

No os pido que lo comprobéis pero os pido que lo analicéis.

¿Dónde estaría La Vida sin el análisis?

Vida… ¿Con mayúscula o con minúscula?

No sé… Deberá depender de la cultura.

¿Y la cultura?

Lo mismo debe ser…

Para mí “Hombre” significa muchas cosas y no siempre lo he tenido encuenta.

“hombre”, la verdad, que menos.

¿Y “Verdad”?

Pues “Verdad”, es verdad, que cambia.

¿No cambiamos? Yo cambio…

¡No cambio!

¿Cambio?:

Yo sé que soy más mayor; más adulto, dicen… Y por eso sé que no he cambiado pero he cambiado.

Yo sé que sigo siendo un niño; “¡un niño mayor!”, me diréis.

Pues eso lo dejo bajo mi criterio.

Sé que hay críticas. Sé que hay críticas y yo leo mucha crítica…

Sé que hay presos…

¿Y?

¿?

A mí me importan los presos.

“¡Ya estamos hablando de política!”

Pues yo soy antipolítico. Soy más social.

“Si os lo creéis, os doy un premio…”, diréis.

¡Qué me da igual!

“¡Ya estamos pasando!”

¿Ya estáis diciendo tacos?

Paso mucho de los tacos.

¿Os lo creéis?: hay cosas que no cambian. Y, esas cosas, van a pasar a menudo.

¿Y, si me equivoco?:

“Es qué eres mala persona”.

Bueno, es que yo hablo con mis voces y mis voces me dicen esas cosas.

¡Adiós!

-Richie punk

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[14 mayo] Presentación de “La policía. Un análisis crítico” en CNT-AIT Toledo

Posted: 10 May 2022 10:44 AM PDT

Gracias a la invitación de la CNT-AIT de Toledo se abre una nueva posibilidad de encuentro y debate en torno a la reciente edición de “La Policía. Un análisis crítico”. En esta ocasión un compañero de La Neurosis o Las Barricadas Ed. realizará un acercamiento a este trabajo el sábado 14 de mayo a las 18.30h. Os recordamos que los locales de la CNT toledana están en la Calle Río Valdeyernos 4.

Estáis todas invitadas. La entrada es libre.

La Neurosis o Las Barricadas Ed.

Fuente: https://www.laneurosis.net/14-mayo-presentacion-de-la-policia-un-analisis-critico-en-cnt-ait-toledo/

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